La cadena de lavanderías Fresh Laundry da el salto fuera de Cataluña

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La cadena de lavanderías autoservicio Fresh Laundry, fundada en Barcelona, ha conseguido extender su modelo de negocio por toda Cataluña, donde cuenta ya con 30 establecimientos franquiciados y tres propios, y dará ahora el salto fuera de esta comunidad, empezando por Madrid y Valencia.

El empresario Roberto Haboba Gleizer detectó en 2012 la oportunidad de abrir lavanderías de autoservicio de calidad para un público formado no sólo por turistas sino por residentes en las ciudades que quieren lavar su ropa con el mínimo gasto de tiempo y dinero posible.

Tras una inversión inicial de 150.000 euros en 2012, Fresh Laundry cerró el año pasado con una facturación total de cerca de un millón de euros, mientras que aspira a duplicar estos números en 2016, cuando calcula que contará con 50 establecimientos.

Roberto Haboba ha apostado mayoritariamente por el modelo de franquicia para extender su negocio, lo que le llevará en pocas semanas a abrir un establecimiento en Madrid, primero, y otro más adelante en Valencia, para llegar luego a Andalucía.

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A los franquiciados, la marca les ofrece un negocio "muy rentable", además de asumir la instalación y el montaje de cada nueva lavandería, y ofrecer la posibilidad de ocuparse de la gestión total de la lavandería de autoservicio una vez abierta, según ha explicado Haboba a Efe.

Este emprendedor asegura que cada lavandería da servicio a unas 20 o 25 personas diarias, lo que supone una facturación anual aproximada de alrededor de 40.000 euros, el primer año, y de más de 60.000 en los siguientes.

A diferencia de lo que ocurre hace años en EEUU o Sudamérica, la cultura del autoservicio no está tan extendida en Europa, aunque la tendencia está cambiando, como prueba el éxito de Fresh Laundry, que en 2014, dos años después de entrar en el mercado, ya contaba con 12 locales y en 2015 con más del doble.

"Para la generación de nuestros padres era impensable lavar la ropa fuera de casa, la nuestra se plantea hacerlo de vez en cuando y nuestros hijos, lo hacen cada día. Los hábitos han cambiado y cada vez se pasa menos tiempo en casa y más fuera. Se busca aprovechar el tiempo al máximo y, mientras se está en la lavandería, uno puede leer o realizar gestiones por internet", afirma este emprendedor argentino.

Con esta filosofía, las lavanderías Fresh Laundry, que cuentan cada una con 5 lavadoras y 3 secadoras, disponen de wi-fi gratuito y están diseñadas para que resulten amables.

Además de lavar la ropa propia, los establecimientos de la marca cuentan también con una máquina específica para lavar la ropa de las mascotas, en las que se utilizan productos especiales.

El perfil del cliente, que puede hacer lavados desde ocho kilos de peso por 4 euros y secar por dos más, va desde los jóvenes que viven solos, a las personas mayores que optan por la comodidad, los estudiantes o los turistas que se alojan en apartamentos.

En estos momentos, la cadena tiene dos tipos de ofertas: Fresh Urban, lavanderías pensadas para las ciudades y en las que se quiere fidelizar al cliente, y Fresh Box, concebido para dar servicio en cualquier ubicación gracias a su movilidad y el poco espacio que ocupan (24 m2) como podría ser gasolineras, aparcamientos de centros comerciales o campings.

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