¿Jubilarse a los 67? No es tan mala idea, pero antes, acaben con las prejubilaciones

El Gobierno ha anunciado que ampliará la edad de jubilación progresivamente hasta los 67 años. Teniendo en cuenta que el[…]

El Gobierno ha anunciado que ampliará la edad de jubilación progresivamente hasta los 67 años. Teniendo en cuenta que el INE ha publicado que la esperanza de vida tanto de hombres como de mujeres se irá elevando en los próximos 40 años la idea no parece descabellada. Según el organismo de estadística, las mujeres vivirán de media 90 años y los hombres, 84. Además, durante esta última etapa es cuando más recursos del Estado necesita. Por ejemplo, el gasto sanitario es más elevado: enfermedades más largas y más caras. Sin olvidar que también a más años puede deteriorarse la calidad de vida. Hablo de enfermedades neurodegenerativas que necesitan no sólo asistencia médica sino también social.

Por este motivo podría ser una opción, ya que la edad máxima de 65 años se estableció hace 40, pero con matices. Por ejemplo, no llega con la misma forma física y mental un trabajador de profesiones liberales como médicos, abogados, profesores, que un trabajador de la construcción, industria o de la agricultora. El Gobierno, en este sentido, debería tener en cuenta estas distinciones: estado físico y profesión.

Pero realmente el debate no está en jubilarse a los 65 o 67 años, sino en prácticas abusivas que se han realizado durante años por las empresas con la connivencia del Gobierno, sea de un signo político o de otro. Me refiero a los prejubilados. A trabajadores que con 50 ó 55 años, en plenas facultades físicas y psíquicas les mandan a casa tras haber alcanzado un acuerdo sustancioso con la empresa. Un par de años en casita, otros dos años al paro y cobro el 100% de mi jubilación durante 30 años más. Sin olvidar, que algunos encuentran otras actividades que les reporta beneficios en dinero B.

Cierto, que a las empresas les sale más barato prejubilar: cambian a trabajadores más caros por otros más jóvenes, más baratos y que, además, son multimedia. Pero por otro lado, se pierde una mano de obra que por experiencia debería ser tan valiosa o más.

Por otro lado, habría -a lo mejor- que incentivar un sistema mixto de pensiones: parte el Estado, que se completaría por otra parte privada. Otra de las opciones sería revisar las pensiones mínimas y las máximas. Que un jubilado gane 2.400 euros de pensión máxima, cuando seguramente en su vida activa acumuló bienes y propiedades que pueden contribuir a mantener su nivel de vida, no parece que tenga mucho sentido. Otros jubilados que cobren 400 euros y que apenas puedan malvivir, tampoco.

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