Ibex, territorio de jubilados
La mitad de los presidentes de las grandes compañías españolas cotizadas tienen 65 años o más.
Cada vez vivimos más años y cada vez tenemos que trabajar hasta más tarde porque la edad legal de retiro se posterga en todos los países. Sin embargo, para algunos jubilarse a los 65 años es anatema. Sobre todo para los presidentes de las grandes empresas cotizadas. Las edades que predominan en gran parte de los presidentes de las empresas del Ibex están entre 60 y 80 años. De hecho, la mitad de ellos podían haberse jubilado ya hace tiempo por su edad.
Hemos asistido a un relevo generacional en la monarquía y en la política. Salvo en el Partido Popular (Mariano Rajoy tiene 61 años), la juventud de los nuevos líderes es manifiesta: Albert Rivera tiene 36 años; Pablo Iglesias, 37 y Pedro Sánchez, 44. Pero ese relevo apenas ha ocurrido en el mundo empresarial. Un ejemplo es la marcha de César Alierta (70 años) de la presidencia de Telefónica, donde será sustituido por José María Álvarez-Pallete, un declarado 'runner' de 52 años de edad elegido como sucesor por su jefe al considerarlo el directivo más preparado para afrontar el reto digital. Precisamente la transformación de este tipo a la que están abocadas casi todas las compañías es una de las razones que aconsejan muchos de estos relevos.
«Los primeros 40 años de vida nos dan el texto y los 30 siguientes, el comentario», decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, que murió con 72 años. La experiencia es un grado y, al parecer, en el Ibex una garantía de permanencia. Sólo en tres compañías del Ibex su responsable está por debajo de los 50 años: Aena, FCC_y Merlin Properties. En el otro extremo, también en tres sociedades, tienen más de 80 años. El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, con 84 años cumplidos encabeza la lista. Le sigue José Lladó, con 81 años, presidente y fundador de Técnicas Reunidas. Ambos son empresarios que han creado sus propias sociedades, lo que explica su larga permanencia en las mismas. En tercer lugar aparece Salvador Gabarró, que lleva ya más de 11 años como presidente de Gas Natural.
Por encima de los 70 años -como el caso de Alierta- aparece el presidente del BBVA, Francisco González, que en la última presentación de resultados ya anunció su posible retirada -eso sí, en «en cinco o 10 años- cuando haya «culminado la transformación tecnológica del banco». En el sector predominan los presidentes de cierta edad. También el presidente de Caixabank, Isidro Fainé, ha entrado en los 70 (tiene 73), mientras que Josep Oliú (con 67) lleva 17 años al frente del Banco Sabadell, al que ha llevado en esta etapa de ser un banco casi regional a traspasar fronteras.
El más 'joven' de la banca
El banquero más 'joven' es Ángel Ron (53 años), presidente del Banco Popular y que ya cuando accedió al cargo en 2004 lo hizo como el ejecutivo de menor edad en llegar a la presidencia de una entidad financiera. A continuación figura la presidenta del Santander, Ana Botín (55 años) que sucedió a su padre en 2014 al fallecer repentinamente Emilio Botín.
Los relevos en el Santander y en Telefónica estaban planificados. En Grifols, Víctor Grifols (66 años, 19 años como consejero delegado y 15 como presidente) tiene ya prevista su sucesión, aprobada además por su consejo de administración donde, a partir de 2017, traspasará sus responsabilidades ejecutivas a su hermano y a su hijo como consejeros delegados solidarios; él seguirá como presidente no ejecutivo. En cuanto a la renovación en el resto, 16 presidentes llevan más de una década en el cargo y tres de ellos casi dos. Es el caso de Florentino Pérez, que, con 69 años de edad, preside ACS desde hace 19.
En las próximas décadas será habitual sobrevivir hasta edades centenarias. Además, ahora mismo, os actuales 50 años son los antiguos 40. y para muchos la edad equivalente a los 65 años de hace un siglo serían los actuales 80. Por eso la barrera psicológica de los 65 años ya no puede considerarse como definición de vejez o de tercera edad. De hecho, está claro que en el Ibex no es un freno. Al contrario.