Guerra del 'streaming': a cañonazo limpio por hacerse con los clásicos

La guerra del 'streaming' es una batalla a cara de perro por hacerse con las audiencias en la que los grandes gigantes no reparan en gastos. En los últimos meses, han pagado hasta 2.500 millones de dólares por hacerse con los derechos de emisión de antiguos clásicos que todavía conservan un enorme atractivo para el público. Todo para conseguir el liderazgo de la nueva televisión, una batalla que también se libra en bolsa y de la que la revista INVERSIÓN ofrece un extenso reportaje esta semana. 

Sin ir más lejos, la cadena NBC ha pagado 500 millones de dólares para sacar a uno de sus grandes clásicos, 'The Office', de la parrilla de Netflix y hacer de esta serie el buque insignia de Peacock, su servicio de 'streaming' que estrenará el año que viene. 

En la misma línea, HBO desembolsará 450 millones de dólares para hacer de su canal HBO Max el hogar permanente de otro éxito incontestable, la comedia de situación 'Friends', que también ha arrebatado a Netflix. Aunque el golpe de gracia lo dará HBO, filial de AT&T y creadora de juego de tronos, con 'The Big Bang Theory', cuyos derechos también comprará a Netflix por unos 1.000 millones de dólares. 

A su vez, la propia Netflix, para no quedarse atrás en esta batalla por los clásicos, ha anunciado que pagará 500 millones de dólares para hacer un hueco en su programación a 'Seinfeld', otro clásico de finales de los noventa. 

Y es que los clásicos de la televisión están de moda entre los gigantes del 'streaming' pero semejante dispendio no es casual. Según publicó Nielsen a mediados de junio, la serie más popular en Netflix, una cadena que se jacta de la calidad de sus series de producción propia, es 'The Office', una comedia de situación estrenada hace catorce años por la NBC, y que todavía sigue teniendo un tirón gigantesco sobre la audiencia. Y lo mismo se aplica a 'Firends', otra de las series más vistas en Netflix. 

Lo que muestra esta tendencia es que hay algo reconfortante que para la audiencia en los clásicos de la televisión, por mucho que ya los hayan visto. Cierto es que Netflix no sería el líder mundial del 'streaming' si ofreciera algo que la gente ya ha visto, pero el futuro es de quienes sean capaces de ofrecer la mejor combinación de novedades y viejas glorias.