Gobierno de España: cómo no comunicar en Economía

Hace una semana, en este mismo espacio, comentaba que una buena comunicación es imprescindible para combatir la crisis y para transmitir confianza a los ciudadanos y al conjunto de la economía. En los últimos días (¡que casualidad!) hemos vuelto a ver un claro ejemplo (otro más: ya he perdido la cuenta) de todo lo contrario. Si tuviéramos que hacer uno de esos anuncios institucionales que tanto gustan a nuestros gobernantes, podríamos elegir este eslogan:

GOBIERNO DE ESPAÑA: NO PODEMOS COMUNICAR POR TI... NI POR NOSOTROS

Porque nuestro Gobierno lo ha vuelto a hacer. Primero suelta en el consejo de ministros del viernes 29 de febrero el ya famoso "Documento sobre revisión del Pacto de Toledo" (que todo el mundo llama "reforma de las pensiones", como si ya estuviera resuelta) y consigue que se monte el lío porque acaba triunfando el titular "La edad de jubilación subirá de los 65 a los 67 años". Y comienza la batalla mediática, no por un decreto ley, ni por una ley, ni siquiera por una propuesta parlamentaria... ¡Todo se complica por un simple "Documento"! Por un papel que no se ha consensuado con nadie, que ahora tiene efectivamente que ir al Pacto de Toledo, que necesitará mucho trabajo para terminara en algo. Pero ya está liada: "nos jubilaremos a los 67 años" es el mensaje que ha llegado a los ciudadanos. Si lo que querían es lanzar un globo sonda, lo han hecho con tanta sutileza que el globo ha estallado antes incluso de despegar.

No contento con esto, unos días después, el Gobierno se ve obligado a retirar, en apenas tres horas, su "supuesto" sobre el cálculo de la pensión con 25 años de salario, en vez de con los quince actuales. Y, de nuevo, no es algo que aparezca en un decreto, en una propuesta parlamentaria, sino en una especie de simulación incluida en el filtrado Programa de Estabilidad enviado a Bruselas que, visto lo rápido de la rectificación, tampoco era un papel definitivo. El Gobierno de nuevo consigue que los "25 años" se conviertan en el titular y arroja más leña al fuego de la confusión mediática y ciudadana.

Resultado: el Gobierno de España se ha esforzado por transmitir a la comunidad internacional que está haciendo reformas en la vía correcta, pero como lo hace comunicando mal y a destiempo, consigue el efecto contrario y vuelve a surgir en el ambiente el "síndrome de Grecia", alentado, por cierto, por ciertos sectores mediáticos e inversores especialmente interesados.

A la mala comunicación del Gobierno se suma la mala comunicación de la oposición, que de todo hace bandera de combate y pone su granito de arena en extender el desconcierto y en colaborar a que la imagen de España pierda enteros en la comunidad internacional. Así no sorprende que la última encuesta del CIS muestre cómo la crisis desgasta al PSOE... y también al PP. Es normal que el Gobierno se queme en una crisis, pero no lo es tanto que también salga chamuscada la alternativa de poder.
Y todo, repito, no sólo por hacerlo mal o regular, sino por comunicarlo todavía peor.