Estados Unidos y Alemania, las dos caras de la recuperación

Los datos confirman la buena marcha de la economía estadounidense. Alemania, sin embargo, se ve obligada a recortar las previsiones de crecimiento ante la prolongación de las restricciones

La economía de los Estados Unidos está saliendo de la crisis y así lo confirman los datos macroeconómicos que se publican cada día.

En concreto, este jueves se han publicado las ventas minoristas del mes de marzo, que arrojan un vigoroso incremento del 9,8%, que contrasta con la contracción del 2,7% publicada el mes anterior, según los datos compartidos por el Departamento de Comercio estadounidense.

Se trata de la mayor subida mensual de las ventas minoristas en diez meses y se sitúa muy por encima de la subida del 5,8% proyectada por el consenso de analistas de Bloomberg.

Al destripar el dato, se observa que casi todas las categorías se encuentran en niveles superiores a los de marzo pasado, a excepción de los restaurantes, donde todavía hay restricciones.

Caen las peticiones de subsidio por desempleo en los Estados Unidos

Asimismo, las peticiones de subsidio por desempleo publicadas el mismo día, que arrojan una caída de 200.000 peticiones, han venido a confirmar la mejoría de la coyuntura económica del país, beneficiado por la velocidad de crucero que ha cogido la campaña de vacunaciones, la reapertura de los negocios y los ingentes estímulos aprobados por el Gobierno estadounidense.

En el paquete de estímulos del presidente Joe Biden se encuentra una medida que, sin duda, ha contribuido a esta fuerte mejoría de las ventas minoristas: los cheques de 1.400 dólares entregados a los ciudadanos.

Por otro lado, la mejoría del empleo probablemente también haya ayudado a incrementar la demanda en este capítulo.

La locomotora alemana sigue gripada

En una situación muy distinta a la estadounidense se encuentra Europa, donde la lentitud del proceso de vacunaciones y la dureza de la tercera ola están impidiendo una reapertura más rápida de la economía, que dé alas a la actividad.

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Un ejemplo de esta situación es el de la locomotora alemana, principal economía del bloque, que sigue gripada en medio de unas duras medidas de distanciamiento social que aún siguen vigentes.

Así, los principales institutos de investigación del país se han visto obligados a recortar las previsiones de crecimiento nacionales para este año.

En concreto, han reducido el pronóstico de crecimiento para Alemania desde el 4,7% previsto inicialmente para 2021 hasta el 3,7%.

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Esto se debe a la caída del PIB del 1,8% que se producirá en el primer trimestre de este año, según los números del RWI Leibniz Institute for Economic Research.

En la parte buena, estos institutos (que asesoran al Ministerio de Economía germano) han incrementado las previsiones para el año próximo desde el 2,7% hasta el 3,9%.

Las previsiones del Gobierno de Merkel

Estas cifras difieren de las que maneja el Gobierno de Angela Merkel, aún más pesimistas.

En concreto, el Ejecutivo de Merkel pronostica un crecimiento del 3% para este año, tras la contracción del 5% que se vivió en el aciago 2020.

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Si bien, el Ministerio de Finanzas germano, liderado por Olaf Scholz, se ha comprometido a mantener los programas de apoyo a negocios y familias durante todo el tiempo que haga falta.

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