España vuelve a las urnas: Los retos en el horizonte

¿Será más fácil formar Gobierno tras el 26 de junio?, ¿qué desafíos deberá afrontar el próximo Gobierno?

Cuatro meses después de las elecciones de diciembre, los partidos políticos han aceptado el fracaso de las negociaciones y ya se ha anunciado oficialmente la fecha de la nueva cita electoral: Será el 26 de junio. Aunque no queda muy claro que el resultado que salga de las urnas será más favorable, todo parece indicar que en esta ocasión sí se alcanzará un Gobierno pues un fracaso en este sentido sería considerado inaceptable por los ciudadanos. En ese sentido, cabe preguntarse qué va a suceder el 26-J y qué retos tendrá la próxima persona que se aloje en el Palacio de la Moncloa.

Jean-Alexandre Vaglio, de AXA, ha tratado de responder a estas preguntas. Para empezar, Vaglio cree que se va a producir una bajada de la participación en las próximas elecciones, algo que "favorecerá el PP" y que podría dar una justísima mayoría a una eventual coalición de PP y Ciudadanos (obtendrían justo 176 escaños entre los dos, según las últimas encuestas).

En todo caso, parece improbable que España cuente con un Gobierno antes de irse de vacaciones, pues las negociaciones volverán a alargarse. Si bien, el riesgo de unas terceras elecciones es limitado según este experto, porque "sería rechazado por los votantes españoles y destruiría la poca confianza que todavía tienen" en los políticos.

"Esperamos que los partidos se comporten de manera diferente después de que se conozcan los resultados. En particular, si no suman, la presión será alta en el PP y el PSOE para formar una gran coalición como un último recurso para evitar la prevención de nuevas elecciones", dice este experto.

¿Pero qué sucederá una vez que el gobierno esté formado? Parece claro que la primera prioridad será viajar a Bruselas para negociar una flexibilización del objetivo de déficit público de este año, después de superar la meta del año pasado (5% del PIB en lugar del 4,2%).

En segundo lugar, el Gobierno que salga de las urnas deberá afrontar el reto del proceso independentista en Cataluña, algo "muy necesario" para este experto, en un momento en el que la deuda de la región es cada vez más insegura (en marzo, Standard & Poors rebajó la calificación de Cataluña y la hundió más en el territorio de los bonos basuara a B con perspectiva negativa).

"Dado que España tiene aproximadamente 60% de la deuda catalana y que Cataluña representa una quinta parte de la economía del Estado, serán bienvenidas unas negociaciones reales y abiertas para acabar con este juego del gato y el ratón", dice Vaglio.

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