El virus zika, ¿otro desafío económico global?
Un virus sin vacuna conocida podría convertirse en la última fuente de incertidumbre económica global, al amenazar potencialmente a toda una generación de bebés en el continente americano. Más allá del drama humano, ¿qué valores se verán afectados?
El zika, un virus descubierto en Uganda en 1947 y para el que aún no existe vacuna conocida, se ha convertido en la última gran amenaza sanitaria global, al relacionarse con una oleada de casos de malformaciones en bebés y trastornos neurológicos en adultos. Más de 30 países están ya afectados por la enfermedad, que probablemente continuará traspasando fronteras a lomos del mosquito Aedes Aegypti. En total, la Organización Mundial de la Salud calcula que este año se producirán entre 3 y 4 millones de casos en todo el mundo.
Esta rápida expansión ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo, que en algunos casos han llegado a pedir que las mujeres eviten quedarse embarazadas durante meses e incluso años, un llamamiento que deja patente el desafío al que nos enfrentamos y que podría tener consecuencias catastróficas a nivel humano, pero también económico. ¿Qué país podría soportar semejante reto demográfico?, ¿qué presupuesto público aguantaría el coste del cuidado de miles de bebés con malformaciones? Hay muchas preguntas, pocas respuestas y la esperanza de que estemos ante un caso de sobre reacción de las autoridades sanitarias.
Para empezar, preocupa el efecto que una pandemia podría tener en las ya maltrechas economías latinoamericanas, que confían en el turismo para salvar el bache en el que están inmersas actualmente por la bajada de los precios de las materias primas. El caso podría ser especialmente dramático en Brasil, el país más afectado por el virus y donde el Gobierno esperaba que el baby boom le ayudase a salir de la recesión. Asimismo, otro factor de preocupación en el país es la celebración de los Juegos Olímpicos de Río, este verano, pues muchos turistas e incluso atletas podrían desistir de su intención de visitar el país.
Aunque no existen estimaciones oficiales sobre los potenciales costes económicos, en Lloyd's calculan que las pandemias podrían llegar a costar 592.000 millones de dólares en los próximos diez años.
En este caso concreto, Victoria Torre, de Self Bank, opina que «el impacto económico dependerá de cómo actúen las autoridades en esta fase temprana de propagación».
En todo caso, más allá de las economías locales, en el mercado la atención se ha centrado en los sectores relacionados con el turismo (potencial afectado) y las farmacéuticas (potenciales beneficiarias).
Aunque el Zika no es el ébola y, por lo tanto, no se transmite a través del aire, se espera una bajada de los turistas, con efectos negativos en las cadenas hoteleras, las compañías de cruceros y las aerolíneas.
Recientemente, Citi publicó un informe en el que advierte del «elevado riesgo» en cadenas hoteleras como Hyatt y DiamondRock, en comparación con Hilton y Host, menos expuestas al virus. En cuanto a las empresas hoteleras españolas, Meliá (con un 32 por ciento de los ingresos provenientes de Latinoamérica) se vería más perjudicada que NH (con una presencia más reducida, del 7 por ciento), según advierte Victoria Torre.
Por su parte, Goldman Sachs pone el acento sobre las compañías de cruceros y, especialmente, Royal Caribbean y Norwegian Cruise Line. Goldman argumenta que los clientes de cruceros son viajeros recreativos que tienen la opción de elegir otros destinos si les parece que viajar a alguno de estos lugares supone un riesgo para su salud.
De hecho, en previsión de posibles cancelaciones, Norwegian ya permite que las embarazadas pospongan sus vacaciones o cambien de destino.
Si bien, también hay expertos como Caroline Reyl, gestora del Pictet Premium Brands, que han visto una oportunidad en el castigo a Royal Caribbean por este motivo y han aprovechado para incrementar su exposición al valor.
En general, para calibrar el impacto que la enfermedad podría tener en el sector turístico, se puede echar mano de los ejemplos de Hong Kong o Corea, durante las epidemias del SARS y el coronavirus MERS. En el primer caso, las llegadas de viajeros cayeron un 68 por ciento mientras que, en el segundo, bajaron un 54 por ciento en los dos meses que siguieron a la alerta sanitaria, según datos oficiales recopilados por Bloomberg. En todo caso, cabe destacar que el efecto en el acumulado anual fue, sin embargo, mucho menor, pues las visitas se recuperaron al ir disminuyendo la aparición de noticias sobre la enfermedad en los medios de comunicación.
Por otro lado, en cuanto a las acciones potencialmente beneficiadas por una alerta sanitaria, cabe mencionar que grandes laboratorios como GlaxoSmithKline y Sanofi ya han anunciado públicamente que trabajan en la obtención de una vacuna. Sin embargo, este anuncio no se ha visto reflejado en la cotización pues hay que tener en cuenta que sintetizar una vacuna contra el dengue llevó a Sanofi una década. «Los efectos de esta iniciativa no los veríamos hasta dentro de varios años, pues todo proceso de comercialización de una vacuna o fármaco debe cumplir una serie de fases», explica Victoria Torre, de Self Bank.
Más allá de las grandes farmacéuticas, hay compañías más pequeñas que se rumorea que podrían contar con fármacos en avanzado estado de investigación. Por ejemplo, Cerus subió un 18 por ciento intradía el 28 de enero por un supuesto tratamiento que desactivaría el virus; mientras que algunas fuentes aseguran que Inovio tiene una vacuna lista para ensayos en humanos. Por su parte, el mercado especula con la posibilidad de que los mosquitos genéticamente modificados de Intrexon podrían ayudar a frenar la expansión de la enfermedad.
En todo caso, más allá de valores concretos, Alejandro Varela, gestor del fondo latinoamericano de Renta 4, cree que el mercado «está pendiente de otras cuestiones mucho más globales» en el momento actual, como la ralentización de China, la caída del petróleo o las dudas sobre la economía americana. «Es un tema importante para la industria turística y de transporte pero los mercados están ahora mismo más preocupados por otros temas. Incluso en Latinoamérica, los problemas van por otras cuestiones». Asimismo, Varela recuerda que, en el pasado, «muchas de estas amenazas sanitarias han tenido menos repercusión de la que inicialmente se presuponía».