El PP y Ana Pastor maniobran para salvar a De Guindos de un pleno urgente

La oposición logra por primera vez la mayoría para exigir una sesión sobre el 'caso Soria' y escenifica la debilidad del PP en esta legislatura.

El Congreso vivió hoy el ensayo general de una legislatura en la que ningún partido tiene la mayoría. El reparto de poder ha cambiado hasta el punto de que el PP sufrió su primera derrota parlamentaria. La oposición, encabezada por PSOE, Podemos y Ciudadanos, sumó sus votos en la Junta de Portavoces para forzar la convocatoria de un pleno del Congreso para que el ministro de Economía, Luis de Guindos, dé explicaciones sobre la promoción de José Manuel Soria como candidato al Banco Mundial y su posterior renuncia. La victoria, sin embargo, podría quedar en el plano de la mera retórica política.

Mientras el Gobierno esté en funciones, las exigencias de los grupos parlamentarios parecen condenadas al fracaso. Hace meses que el Ejecutivo sostiene que su situación de provisionalidad no sólo merma sus capacidades, sino que impide a las Cortes ejercer el papel de control. Ni el presidente ni sus ministros aceptarán someterse al pleno del Congreso, salvo que se trate de un caso excepcional como el de articular una respuesta común que defender en las cumbres del Consejo Europeo. Y, por ahora, la falta de una resolución del Tribunal Constitucional sobre cómo proceder en esta situación inédita favorece las pretensiones de la Moncloa.

Si algo quedó claro este jueves es que en el Gabinete de Mariano Rajoy no están por la labor de que su ministro de Economía se exponga al hemiciclo. Esta postura obtuvo el sostén tanto del Grupo Parlamentario Popular como de la presidenta del Congreso, la popular Ana Pastor.

El argumento

Al filo de la una de la tarde, la Junta de Portavoces decidió que De Guindos acudiera a un pleno urgente. El mandato a la Mesa de la Cámara era claro. PSOE y Podemos pretendían que esa sesión fuera convocada la próxima semana, en blanco en el calendario provisional. Pero conocido el resultado de la votación, Ana Pastor optó por dilatar los tiempos.

En la reunión del órgano de gobierno del Congreso, y según los asistentes al encuentro, la presidenta argumentó que no podía cambiar la planificación original e introducir un pleno más. Inmediatamente, el portavoz parlamentario de los socialistas calificó de «cacicada» la maniobra.

Horas más tarde, desde el entorno de Pastor se matizaba lo ocurrido. La presidenta, aseguran, consultará primero al Gobierno la disponibilidad y disposición del ministro de Economía a acudir al hemiciclo, y, una vez tenga esa información, convocará de nuevo a la Junta de Portavoces para sondear la manera de proceder. Fuentes del Gobierno, sin embargo, recordaron que lo habitual es que una vez fijados el día y la hora, esa petición sea atendida o denegada desde la Moncloa.

Perdidos en este debate procedimental, la pregunta en los pasillos del Congreso era hoy: ¿De qué le sirve al PP alargar los plazos? La respuesta la dio de manera indirecta el portavoz de los populares. Rafael Hernando anunció una solicitud para que De Guindos aclare los detalles de la designación de Soria. Pero eso sí, en la misma comisión de Economía a la que iba a asistir para hablar del «procedimiento de déficit excesivo». Esa cita, de aceptarlo los partidos, podría producirse la próxima semana. Es decir, antes de que llegue a convocarse, de manera obligada, el pleno.

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De esta forma, el Ejecutivo contaría con el argumento perfecto para excusarse del hemiciclo habiendo comparecido ya De Guindos en comisión. A Mariano Rajoy siempre le quedaría así el consuelo de haber salvado a su colaborador de ser el séptimo ministro de la historia reciente en tener que someterse a un pleno monográfico. La oposición, y casi hasta los barones del PP, podrán apuntarse el tanto de haber obligado al Gobierno a explicar por qué decidió facilitar una salida laboral al dimitido Soria.

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