El banco Itaú afirma que el crecimiento de Brasil depende de las inversiones

El Itaú Unibanco, la mayor entidad financiera privada de Brasil, advirtió hoy de que la vuelta al crecimiento en 2018 necesitará del avance de las inversiones, debilitadas desde 2014.

El banco prevé para Brasil un tímido crecimiento económico del 0,3 % este año y uno del 2,5 % para 2018, cuando el país celebrará elecciones presidenciales, explicó el economista jefe del Itaú, Mario Mesquita, en un encuentro con periodistas en Sao Paulo.

El impulso del crecimiento en 2018, según la entidad, estará acompañado por unos intereses expansionistas y por un ajuste en el balance de las empresas, pero necesitará de inversiones, que durante los últimos cuatro años -incluido 2017- se han situado en negativo.

Mesquita destacó la "poca preocupación" que existe por el momento de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, escenario que consideró que "está abierto", pero resaltó la necesidad de que el nuevo mandatario respete la cuestión fiscal.

"Un cambio de política económica en la dirección que llevó el Gobierno de (Dilma) Rousseff", destituida el año pasado y sustituida por el conservador Michel Temer, "probablemente generará una reacción adversa de los precios de activos. Luego vamos a ir viendo", precisó.

A su juicio, es "poco probable" que el futuro mandatario, independientemente de su ideología, "no este preocupado por la cuestión fiscal, lo que "limita el margen de maniobra del presidente".

El Itaú consideró imprescindible el avance de las reformas de ajuste fiscal propuestas por el Ejecutivo del presidente Temer para reequilibrar las cuentas públicas, aunque consideró difícil la aprobación de una renovación "completa" del sistema de pensiones.

El Gobierno brasileño anunció hoy que ha decidido aumentar su ya elevada previsión de déficit fiscal para este año, debido a la baja recaudación tributaria generada por una crisis económica persistente y que aún no ha sido completamente superada, a pesar de los indicios de "recuperación" destacados por los economistas del Itaú.

Hasta ahora, sin incluir el pago de los intereses de la deuda pública, la meta fiscal del Gobierno apunta a un déficit de 139.000 millones de reales (unos 37.270 millones de euros), que suponen casi el 2 % del producto interior bruto (PIB) nacional.

"Si el Gobierno relaja la meta fiscal, pero aumenta el avance de las reformas, el impacto de los mercados va a ser mitigado", recalcó Mesquita. De lo contrario, resaltó, impactará negativamente.

El economista jefe del banco señaló que si el Ejecutivo aumenta el déficit en más de 20.000 millones de reales (más de 5.000 millones de euros) "puede generar un problema de comunicación" sobre "la continuidad del ajuste".