El 'Brexit' pincha en Escocia

El Partido Nacionalista Escocés pide el voto por la permanencia en Europa aunque la frustración por el abandono alentaría otro pulso independentista. Los últimos sondeos dicen que en Escocia la permanencia en la Unión Europea será votada por el 54% de los electores.

Los últimos sondeos dicen que en Escocia la permanencia en la Unión Europea será votada por el 54% de los electores y que el 32% optará por la marcha en el referéndum del próximo día 23. Pero Tom Harris, el exdiputado laborista que dirige la campaña escocesa por el 'out' y compareció esta semana ante el comité de la Cámara de los Comunes que trata los asuntos de la región, cree que su causa obtendrá al final un resultado mejor.

Harris enumeró los beneficios para Escocia en caso de 'Brexit': controlaría su pesca y su agricultura, se ahorraría unos 90 millones de euros anuales cargando tasas universitarias a estudiantes del resto de la UE que ahora no las pagan y unos 2.000 millones de la contribución regional a las arcas comunitarias, y además está la cuestión de la soberanía perdida. Aunque el ejemplo con el que ilustró esta pérdida no parece gravísimo.

El Gobierno escocés introdujo hace dos años una ley de precio mínimo por unidad de alcohol para paliar los daños del consumo excesivo. La asociación de productores de whisky llevó la ley al Tribunal Europeo de Justicia, que falló en diciembre que los precios mínimos son contrarios a los principios del mercado común y pidió a Edimburgo que considere subir los impuestos del alcohol.

Además, los agricultores escoceses están a favor de la permanencia hasta que se les ofrezca una alternativa a los subsidios que reciben de Bruselas y los pescadores están divididos entre los que faenan, que quieren el 'Brexit', y los que procesan, que venden hasta el 85% de su producción en el mercado común. Todas las universidades escocesas se han manifestado en favor de la permanencia.

Brevemente se mencionó en el interrogatorio de Harris por los diputados de la comisión el hecho de que, si Reino Unido se va de la UE, la autonomía de Edimburgo recibiría en teoría automáticamente los poderes que ahora se administran desde Bruselas, porque la ley en la que se basa la autonomía no define competencias transferidas, sino sólo aquéllas que Londres se reserva. Las que cedió a la UE regresarían a Escocia.

Lo más llamativo de la sesión fue, sin embargo, que los miembros del comité parlamentario, en su mayoría integrantes del SNP, no preguntaron a Harris ni al portavoz de la campaña por la permanencia, John Edward, por el asunto que ocupa más titulares, la posibilidad de que un 'Brexit' desencadene frustración en Escocia y Nicola Sturgeon pueda convocar un segundo referéndum sobre la independencia.

«La ministra principal no tiene poder para convocarlo y tampoco confianza en ganarlo», decía Harris tras su testimonio ante el comité parlamentario. «Alex Salmond ya ha mencionado otras dos posibilidades para desencadenar un segundo referéndum por la independencia: que se renueve el programa de submarinos nucleares o que Boris Johnson (el líder de la campaña del 'out') llegue a primer ministro».

Movimientos de opinión

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El experimentado laborista que sobrevive en la política como cabecilla del 'Brexit', tras la pulverización electoral de su partido, no cree que haya otra consulta para romper con Londres, pero no lo dice públicamente: «Intento ahora atraer a los votantes del SNP que quieren la independencia y a los que no les gusta la UE». Estima que los euroescépticos suman un 30% de los votos del SNP.

El último sondeo que se ha publicado sobre la disposición de los escoceses a votar ahora en favor de la independencia, si la mayoría de Reino Unido opta por el 'out', da una ventaja al 'no' de 52% contra 48%. En el referéndum de 2014, ganó el 'no' por 55,3% frente a 44,7%. Los movimientos de opinión no son tan significativos como para que Sturgeon se sienta confiada para convocar una nueva consulta.

Salmond, su predecesor, mantiene viva la llama. En un debate en la BBC, la noche del jueves, afirmó que, si gana el 'Brexit', «un nuevo referéndum estaría justificado, porque en 2014 se dijo a la gente que votar contra la independencia era la única manera de permanecer en la UE». «Tendría que celebrarse», dijo, «en el período de dos años de negociación» entre Reino Unido y Bruselas.

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Michael Keating, profesor de la Universidad de Aberdeen y director del Centro de Cambio Constitucional, argumentó en su exposición ante el comité parlamentario que algunas cuestiones que dañaron al 'sí' a la independencia en 2014 son ahora más agudas. El precio del petróleo ha caído. Compartir la libra sería aún más difícil con regulaciones financieras diferentes en una Escocia dentro de la UE y un Reino Unido fuera, y con una frontera real entre Escocia e Inglaterra.

Keating ofrece otro resultado posible que tendría también consecuencias para la armonía británica. Qué ocurriría si el 'Brexit' ganase en Inglaterra por muy poco y la permanencia venciera con holgura en Escocia, sumando en total una victoria del 'in'. Cuál sería la reacción en una Inglaterra entonces sojuzgada por culpa de los escoceses independentistas bajo la discutible tiranía de Bruselas.

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