Economista inglés ve llamativo que votante español no castigue la corrupción
El economista y profesor James Robinson ve interesante que los sucesivos escándalos de corrupción no hayan hecho mella en el[…]
El economista y profesor James Robinson ve interesante que los sucesivos escándalos de corrupción no hayan hecho mella en el sistema político español y que los votantes no hayan sido capaces de "castigarlos y pararlos", lo que cree que refleja un fracaso de las instituciones.
En su opinión, España no fue capaz de crear durante la transición un nuevo marco institucional que diera lugar a administraciones transparentes, responsables y participativas, una situación en la que ve el origen de la corrupción y la crisis económica, según decía esta semana en una conferencia ofrecida en la Fundación Rafael del Pino.
En este sentido, hace hincapié en el papel que el "firme" nexo entre la política, las empresas constructoras y las instituciones financieras tuvo en la gestación de la última crisis económica.
Robinson explica que este vínculo alimentó "con una especie de capitalismo de amiguetes" el bum de los sectores inmobiliario, financiero y la construcción, lo que a su juicio muestra "un aspecto bien definido de no inclusión en la esfera política española".
Este aspecto de la no inclusión es uno de los conceptos que vertebran su conocida obra "Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza" (Deusto), un superventas escrito junto con el economista Daron Acemoglu y que divide a las instituciones políticas y económicas en inclusivas y extractivas.
La obra, recomendada por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, entre sus lecturas para 2015, apunta que mientras las instituciones inclusivas posibilitan la participación de la gran mayoría de las personas en la economía, las extractivas quitan rentas a una parte de la sociedad para beneficiar a otro sector distinto.
Para el profesor de la Universidad de Chicago, las instituciones españolas son "relativamente inclusivas" y están lejos de otras muy extractivas como las de Zimbabue o Sierra Leona, pero tienen un aspecto "bien definido de no inclusión".
En su obra -situada por el premio Nobel de Economía, George Akerlof, a la altura de "La riqueza de las naciones" de Adam Smith- dice que el éxito económico de los países se mide por las diferencias entre sus instituciones, por las reglas que influyen en cómo funciona la economía y por los incentivos que motivan a las personas.
Por el contrario, asegura que la causa de que los países sean pobres no reside en su situación geográfica, ni en su cultura ni en que sus líderes desconozcan qué políticas enriquecerán a sus ciudadanos.
Robinson argumenta que una vez que se instauran las instituciones inclusivas se crea un proceso de retroalimentación positiva, denominado "círculo virtuoso", que aumenta la probabilidad de que estas persistan, resistan e, incluso, se expandan.
Si se aplicara el planteamiento que el libro recoge al caso español, la conclusión sería que la transición a la democracia no ha creado una responsabilidad política ni una inclusión suficientes, lo que ha originado "que persistan muchos aspectos extractivos de la economía", razón por la que el autor aboga por reformar las instituciones.
El autor admite que no es lo suficientemente conocedor de la situación española como para evaluar propuestas concretas para este proceso reformista, no obstante ha apuntado a las autonomías, ya que "parece que muchos de los problemas del país emergen de las regiones, como sucede con la deuda".
El economista, que reconoce el éxito político y económico del país, se pregunta si la aparición de nuevas formaciones políticas supone la llegada de ese proceso reformista, ya que cree que "buena parte del debate político actual se centra solo en los problemas inmediatos, como la austeridad o culpar a los alemanes de imponerla".