¿De verdad tenemos inflación?

Nadie -o casi nadie- puede asegurar que uno de los temores que acechan a la economía española es el de[…]

Nadie -o casi nadie- puede asegurar que uno de los temores que acechan a la economía española es el de la subida continuada de precios. El titular estadístico-periodístico puede indicar que la inflación interanual ha subido un 3% en 2010. Pero un análisis detallado de los cálculos realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), unido a los últimos informes del Banco de España, nos dicen que sigue sin haber demanda suficiente como para que los precios suban; y no hay demanda, porque no hay no tanto liquidez -vuelve la época del fajo de billetes debajo del colchón- sino expectativas de que la situación vaya a mejorar, se creen empleos y, por tanto, podamos consumir a un ritmo adecuado.
 
Evidentemente, la inflación ha escalado al 3%. ¿Y los precios de todos los productos y servicios también lo han hecho a ese ritmo? Ni mucho menos. El Transporte (léase, carburantes) y Bebidas Alcohólicas-Tabaco han aportado 0,3 y 0,17 puntos adicionales al IPC. El incremento del precio del crudo y de los Impuestos Especiales es la explicación a este movimiento.
 
Pero el precio del resto de grupos con los que se calcula el IPC, o bien han subido mínimamente, o bien han continuado el descenso de otros meses, como, por ejemplo, ha ocurrido con todos los servicios relacionados con Ocio y Cultura. Y no es éste un asunto baladí en un país que depende, en buena parte, del turismo interno y exterior. Los precios de Vestido y Calzado, apenas aportan 0,003 y 0,006 puntos adicionales al IPC; los de Medicina y Enseñanza, ni se mueven; los de Hoteles y Restaurantes, lo hacen en un porcentaje 0,019 puntos, mientras que los de los Alimentos aportan 0,031 puntos.
 
El propio Jean Claude Trichet afirmó en la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) que no es precisamente la inflación lo que más le preocupa en estos momentos, aunque seguirá vigilando de cerca la evolución de precios, porque es su cometido. Y las perspectivas indican que, precisamente en este primer trimestre del año, el consumo y la inversión volverán a retroceder, porque el desánimo se instala entre los ciudadanos. Y con desánimo, pocas cifras estadísticas valen para afirmar que tenemos una gran inflación.

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