Cuando el cajero no está a la vuelta de la esquina

La banca española es la que más sucursales ha cerrado de toda Europa

Los últimos 100 kilómetros del Camino de Santiago por la Vía de la Plata están reconocidos entre los más espectaculares, incluida la etapa que arranca en el Castro de Dozón para dirigirse hasta Lalín, a 17 kilómetros. Una peregrinación que no es exclusiva de los viajerios, sino a la que también se ven obligados los vecinos de la localidad pontevedresa de Dozón si quieren hacer cualquier gestión bancaria. Dozón es uno de los muchos municipios de Galicia en los que no hay ninguna entidad, ni tan siquiera un cajero al que recurrir ante la falta de efectivo. Una situación a la que los vecinos ya se han acostumbrado, pero que complica el día a día para los negocios de la zona.

Algunos de ellos con facturaciones que superan los 50 millones de euros anuales ya que pese a su pequeña extensión, es el de menor tamaño de la comarca del Deza -no llega a los 2.000 habitantes-, tiene un peso importante en el sector avícola y porcino. «Hay pueblos más pequeños que este con una sucursal», asegura el alcalde, Adolfo Campos Panadeiros.

«Iban a forzar el tema y al menos proporcionarnos un cajero, es una negociación que llevamos tiempo manteniendo... Pero no tiró la toalla, pelearé»
Pero lo cierto es que la situación de los vecinos de Dozón no es un caso ni mucho menos aislado. España afrontó la crisis financiera con el mayor ratio de Europa de oficinas bancarias por habitante y, aunque la dimensión del ajuste de nuestro sistema no tiene parangón entre nuestros socios, el proceso de adelgazamiento sigue aún en marcha. Según los datos del BCE, a cierre de 2015, en España hay 6,7 sucursales por cada 10.000 ciudadanos, frente a las 5,6 de Francia, 5,4 en Portugal, 5 en Italia, 4,2 en Alemania, 1,7 en Reino Unido y 1 oficina para cada 10.000 habitantes en Holanda.

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