Cómo financiar las vacaciones sin arruinarte

Existen varias modalidades con las que pagar las vacaciones, aunque lo recomendable siempre es no endeudarse, a no ser que sea estrictamente necesario. Los intereses y el plazo de devolución serán claves a la hora de elegir.

Hace una semana que comenzó la operación salida. Las tan ansiadas vacaciones ya han llegado. Sin embargo, no todos los hogares pueden disfrutar de ellas. Al menos un tercio de los hogares españoles todavía no puede permitirse irse de casa durante al menos una semana, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Para ellos, las entidades financieras han diseñado una serie de créditos al consumo, que gracias a la batalla por los préstamos que mantienen y a la política de tipos cero del Banco Central Europeo (BCE) hacen que sean más asequibles que nunca. 

A la hora de endeudarse, Maica López, experta de CrediMarket, hace una serie de recomendaciones. La primera de ellas es que «no se financien todas las vacaciones o viajes ya que puede deteriorar las finanzas personales» y reitera que «cualquier gasto relacionado con el ocio, debe ajustarse a nuestros ingresos».

Una vez hecha esta advertencia, «nos deberíamos fijar en el interés y las comisiones del préstamo, no pedir más dinero de lo necesario y el plazo, recordando que a más plazo, cuotas más bajas, pero también más intereses». Por su parte, Laura Martínez, experta de iAhorro, recomienda hacer una estimación de los «gastos que vamos a tener durante las vacaciones y que será determinante para elegir entre un producto u otro y no pagar más de lo necesario».

Diferentes modalidades

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Existen tres fórmulas eficaces para financiar las vacaciones: préstamo personal, adelanto de nómina o pago con tarjeta. Elegir una u otra dependerá de «la cantidad que se necesite y de cómo se quiera devolver» señala Martínez. 

Por su parte, Maica López comenta que el préstamo personal permitirá solicitar importes más elevados, hasta 8.000 euros además de contar con los intereses más bajos. Sin embargo, los trámites para solicitarlos se pueden alargar hasta un mes, sin olvidar el riesgo que se incurre de que el banco puede terminar denegándolo. Estefanía González, por su parte, añade que en este caso la entidad puede «hacernos cambiar de banco para concederlo». A favor, señala Martínez los plazos son más amplios, «llegando hasta los 96 meses».

La opción de las tarjetas de crédito es de las alternativas es más rápidas, sin olvidar que algunas permiten elegir cómo abonar las cuotas (un único pago, un importe fijo, un porcentaje del total...) así como la periodicidad: mensual, trimestral o semestral. Sin embargo, López recuerda que los intereses son mucho más elevados, pudiendo llegar hasta el 27 por ciento y el importe total más limitado. Como ventaja añadida, González recuerda que muchas tarjetas vienen acompañadas por descuentos o seguros. No obstante, esta opción se puede complicar si es necesario solicitar la tarjeta de crédito: «Los plazos se pueden alargar tanto como el de la solicitud de un crédito personal y el banco también puede terminar denegándolo», señala López.

Los anticipos de nómina serían la tercera opción. Laura Martínez explica que «los bancos suelen dar entre tres y seis meses de anticipo. El inconveniente de este adelanto es que la devolución debe hacerse en un plazo corto, en algunos casos de 6 a 12 meses como máximo». La principal ventaja, destaca López, es que no cobra intereses, aunque sí suelen tener una comisión de apertura del 3 por ciento. González reitera que esta opción es la más barata y «en muchas ocasiones funcionan como un préstamo preconcedido, con lo que conseguir el dinero puede ser mucho más rápido». Sin embargo, «las cantidades son pequeñas, entre una o dos nóminas y el cliente debe llevar varios meses ingresando regularmente para poder solicitarlo». El peligro, advierte Martínez, siempre es el de solicitar más dinero del que en realidad se va a necesitar: «Hay que intentar endeudarse lo justo para luego no tener problemas en las devoluciones». González advierte que solicitar uno u otro dependerá del gasto que vayamos a incurrir y señala que podemos encontrar ciertas dificultades para encontrar préstamos para poco importe y «pueden obligarnos a adquirir cierta vinculación». Y a pesar de que las vacaciones pueden suponer un gasto importante en las familias, las entidades financieras no han diseñado préstamos específicos para ellos, si no que se engloban dentro de los préstamos al consumo..

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