China se posiciona como el referente de la 'revolución fintech'

La carrera por el "efecto 2000" la ganó Estados Unidos. Esa es una afirmación que nadie puede negar. Ni Europa,[…]

La carrera por el "efecto 2000" la ganó Estados Unidos. Esa es una afirmación que nadie puede negar. Ni Europa, ni China, ni India pudieron ganarle la partida a la nación americana. Desde el comienzo del siglo XXI Estados Unidos se ha consagrado como una gran potencia gracias a colosos como Google, Apple, Facebook o Amazon. No obstante, en los últimos años la economía digital ha democratizado los nuevos factores productivos. Ahora, China comienza a reflotar y a día de hoy es pionera en sectores como el tecnofinanciero. 

El desarrollo de este sector ha provocado un extraordinario
crecimiento económico del país. Entre otros factores, esta nueva revolución le está permitiendo ganar la carrera por
reinventar el sector.

En primer lugar, cuenta con una regulación favorecedora a la innovación, que contrasta con su estricta
regulación bancaria. Esto ha provocado al
mismo tiempo, por ejemplo, que florezcan
2.600 plataformas de P2P lending y
que se hayan producido escándalos
relacionados con ellas. 

Conseguido el arranque fintech, la intención del país es evolucionar hacia una regulación más
homogénea y protectora del cliente, que
contribuya a limpiar y a racionalizar el
sector, según un informe realizado por Indra.

Otro factor que les favorece es su comercio online, que es extraordinariamente
pujante. Las ventas online representan
ya el 15% de su comercio minorista
(Estados Unidos 11%, Europa 10%) y
crecen un 33% anualmente contra el 20%, al que lo hace el mundo de media. 

Alibaba es la compañía de
comercio online más grande del mundo. Duplica a Amazon y es la matriz de Alipay, un
sistema propio de pago por móvil creado
como respuesta a la escasa penetración
de las tarjetas en el país. 

China también tiene una demanda latente de servicios
financieros. La banca tradicional, obsoleta
y fragmentada, ha estado siempre
centrada en atender a las grandes
corporaciones, dejando desatendido al
80% de sector de particulares y pymes (75% del PIB).
No sólo se trata de una demanda
insatisfecha de medios de pago sino
también de préstamo al consumo y
wealth management. 

No obstante, la banca tradicional tienen una elevada rentabilidad. En la última década la banca
local ha sido capaz de mantener su RoE
en niveles del 15-20%, algo inalcanzable
hoy por hoy para la banca occidental (EE.
UU. sobre un 9%; Europa sobre el 5%).
Esto ha provocado el interés de otros
jugadores no bancarios por participar
en el negocio y al mismo tiempo ha
permitido a la banca tradicional invertir
en innovación.

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