Autónomo: cómo preparar bien el retiro

El hecho de que coticen por la base mínima y una mayor incertidumbre laboral les convierte en un colectivo muy vulnerable. Planes de pensiones o fondos serían los vehículos idóneos.

Si para un trabajador por cuenta ajena mantener el nivel de vida cuando llegue a la jubilación es todo un desafío, éste se amplifica para los trabajadores autónomos. Según el estudio anual de preparación de la jubilación 2016 de Aegon, el 65 por ciento confía poco o nada en mantener un nivel de vida. Y esta preocupación tiene su correlación con el nivel de ahorro y a que es cinco puntos superior al de los trabajadores habituales: un 32 por ciento frente al 27 por ciento.

Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA (la asociación de trabajadores autónomos) explica que el «gran problema al que se enfrentan es que la cotizacion de los autónomos es voluntaria». El autónomo tiene poco conocimiento de cómo funciona el sistema de pensiones por lo que «suele cotizar por la base mínima para tener una mayor liquidez en su día a día», reitera. «Es este sentido, es vital que los autónomos españoles tomen conciencia de la necesidad de planificar financieramente su retiro y cambien, cuanto antes, su estatus de aspiracional a habitual», indica Jaime Kirpatrick, CEO de Aegon España.

La razón, según Paula Mercado, directora de Análisis VDOS y quefondos.com, se debía a que «de forma general, el autónomo tiene menor seguridad laboral que un trabajador por cuenta ajena y contrato laboral. Además, tiene también mayores responsabilidades y debe hacer frente a costes que el contratado laboral puede tener como parte de su sueldo, incluyendo las cotizaciones a la Seguridad Social».

Por su parte, el presidente de Inverco, Ángel Martínez Aldama, pone de relieve la mayor concienciación, no solo de los trabajadores autónomos, sino del resto de empleados, de la necesidad de complementar la pensión pública «bien con planes de pensiones, ahorros o inversión inmobiliaria».
Ferrero, que apuesta sobre todo por el sistema público, cree que se evitaría si hubiera un mayor conocimiento, por ejemplo, con notificaciones periódicas que permitiría al autónomo «aumentar esa base en los momentos que tenga más ingresos y que se permitiera cambiar de base en lugar de las dos veces actuales cuatro veces coincidiendo con los periodos de mayor actividad». 

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Y salvo la diferencia en las cotizaciones, las recomendaciones que realizan los expertos son muy parecidas para ambos colectivos. Así, Paula Mercado recomienda que «tan pronto como disponga de ingresos, cualquier trabajador en activo debería comenzar su plan de jubilación con aportaciones periódicas». De esta manera obtendría un beneficio doble: «ya que la acumulación del capital y la regla del interés compuesto con un resultado que puede sorprender gratamente al rescatar la pensión», concluye Mercado.

Planes de pensiones

En cuanto a los vehículos que puede utilizar, Martínez Aldama insiste en que no hay gran difencia respecto al del resto de trajadores pudiendo optar entre planes de pensiones y, si lo que busca el trabajador autonómo es una mayor liquidez, entre fondos. La composición de cada uno de ellos dependerá del perfil de riesgo que tenga y del periodo laboral en el que se encuentre. 

Mª Victoria Oñate, directora comercial de colectivos de Aegon España, explica que son una buena opción productos que ofrezcan «coberturas individuales de fallecimiento e incapacidad, con coberturas específicas de indemnización diaria en caso de enfermedad o accidente para autónomos, así como de previsión individual para su jubilación (PIAS/PPAS), o soluciones de salud». Mientras que José Manuel Jiménez, director del Instituto Aviva, apuesta por «planes de pensiones cuya inmediata ventaja es la fiscalidad: el pago de impuestos se aplaza al momento del cobro y es posible deducirse hasta 8.000 euros al año en la declaración de la renta. Otra alternativa son también los planes de previsión asegurados (PPA). Son productos parecidos, pensados específicamente para la jubilación, pero en este caso la rentabilidad es fija».

Por su parte, Mercado aconseja a aquellos trabajadores autónomos que coticen por su base mínima «que aporten cantidades cercanas a las de una cotización máxima de la Seguridad Social, para ir acumulando un capital para su jubilación. En cuanto al tipo de plan, debería variar dependiendo del horizonte temporal del inversor, reduciendo el riesgo a medida que se acerque la fecha de jubilación». 

De la misma opinión es Jiménez: «No hay edad demasiado temprana ni cantidad demasiado pequeña para comenzar. En términos generales, tratándose de un trabajador del Régimen General o autónomo, cuanto antes comience, menor será el esfuerzo ahorrador a realizar en los años más próximos a la jubilación».

Sin embargo, los autónomos confían más en sus ahorros para encarar el retiro, por encima de los planes de pensiones, mientras que en los trabajadores por cuenta ajena tiene un mayor peso la la pensión pública y en menor medida los ahorros. 

Jubilación flexible

Según un estudio de la aseguradora Aviva, la pensión de los autónomos es un 41 por ciento más baja que la de los trabajadores por cuenta ajena, por lo que cada vez es más habitual que se complementen con otros productos o que los trabajadores autónomos práctiquen lo que se conoce como la jubilación flexible. De hecho, según Aegon, esta opción la contemplan ya uno de cada tres trabajadores.

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