Así se forman los asesores financieros del futuro

Hace unos meses, en Inversión & Finanzas.com quisimos hacernos eco de una iniciativa pionera en el mundo de la educación financiera: el lanzamiento del primer ciclo de formación profesional dual (un tipo de formación profesional que mezcla clases teóricas y prácticas profesionales en empresas) para formar gestores de banca. Ahora, con motivo del número 1.000 de esta publicación, hemos querido acercarnos a las aulas para conocer en persona a los integrantes de la primera promoción de este proyecto educativo impulsado por Bankia que, si logra sus objetivos, alumbrará medio centenar de gestores de carteras y asesores multicanal. ¿Cómo son, de dónde vienen y qué piensan estos jóvenes destinados a gestionar sus finanzas en el futuro?

La primera conclusión que extraemos tras visitar el centro Gredos San Diego de Buitrago de Lozoya (en la sierra madrileña) es que la decena de alumnos que estudia en esta institución (hay otras dos adscritas al proyecto en Valencia) es muy joven (tienen entre 18 y 26 años). Asimismo, hay paridad de sexos en contra de lo que pudiera pensarse, pues la mitad de los alumnos son chicas y la otra mitad, chicos. En su mayoría, son estudiantes que vienen de cursar un grado medio en «gestión administrativa» o el bachillerato superior, y que buscan adquirir una formación que les abra las puertas del complicado mercado laboral español.

Por eso, aunque muchos citan su gusto por la contabilidad como una de las razones que les ha llevado a estudiar este curso, la razón más poderosa es la posibilidad de trabajar en Bankia, en la mayoría de los casos. De hecho, uno de los estudiantes se ha mudado desde Logroño a Buitrago de Lozoya para cursar este ciclo, tras conocer de su existencia por la prensa. 

«La principal motivación para el ciclo han sido las prácticas de Bankia», corrobora Antonio Borrego, jefe del departamento de Finanzas del centro Gredos San Diego de Buitrago.

Si bien, como cualquier estudiante que acaba de iniciar su carrera en la universidad o un ciclo de formación profesional, cabe decir que los conocimientos actuales que tienen estos chicos sobre el sector financiero son (todavía) escasos. Así, muchos de ellos aún no están familiarizados con la terminología especializada del sector, que incluye conceptos como «euríbor», «fondo de inversión», «tasa de interés» o «depósito». Tampoco han aprendido aún por qué es tan importante la figura de Mario Draghi, presidente del BCE, para el mundo de las finanzas. 

Sin embargo, es justo decir en su defensa que el curso acaba prácticamente de empezar y que tienen dos años por delante para adquirir todos los conocimientos necesarios. «Todavía no han recibido formación sobre productos concretos, pero son unos alumnos realmente centrados», defiende María de la Cruz Garrido, tutora de primer curso de Administración.

Durante los doce meses que permanezcan en el centro educativo, recibirán formación en multitud de áreas relacionadas con la gestión de una empresa, como son la contabilidad, la gestión financiera, los recursos humanos, el inglés, la atención al cliente, la comunicación, la orientación laboral, la gestión comercial y la logística, según relata Borrego. Asimismo, en este tiempo asistirán a charlas y conferencias ofrecidas por parte de los profesionales de la entidad financiera acerca de la imagen de Bankia o la cultura empresarial del banco, entre otras materias.

Un perfil a la medida de las necesidades de Bankia

Sin embargo, el punto álgido del ciclo formativo llegará con la formación práctica, que se realizará durante los meses de junio y julio de este año; y de diciembre a junio del que viene. Está previsto que la mayoría de los alumnos cuenten con una plaza de prácticas en Bankia (hay veinte plazas disponibles), aunque para acceder a ella deberán pasar un examen en mayo. Los afortunados que la superen, recibirán una formación práctica sobre aspectos concretos que Bankia quiere potenciar, pero también sobre el funcionamiento de la banca en general. «Por eso, Bankia ha buscado un alumno generalista, para poderlo moldear en función de sus necesidades», relata María de la Cruz Garrido.

En concreto, Bankia quiere «profesionales con vocación por el cliente, flexibles, que se adapten a diferentes situaciones, orientados a resultados, que sean capaces de perseverar para obtener esos resultados, responsables, hábiles para la gestión comercial y aptos para el trabajo en equipo», explica Borrego, quien añade que otra de las peticiones de Bankia es que estos futuros profesionales sean capaces de trabajar en diferentes canales, desde el teléfono a Internet.

Al final de los dos años de formación, los estudiantes habrán desarrollado competencias para supervisar la gestión de la tesorería de una empresa, realizar la gestión contable y fiscal de la compañía, coordinar equipos de trabajo, tramitar documentos y atender a los clientes en el ámbito comercial, entre otras cosas.

Los veinte estudiantes que obtengan una de las plazas de prácticas en alguna de las sucursales de Bankia recibirán una beca total de 4.680 euros y serán dados de alta en la seguridad social como becarios. Asimismo, otro de los alicientes del proyecto es que (con un poco de suerte), tendrán la posibilidad de lograr un puesto de trabajo en Bankia una vez finalizados los estudios (si bien, nada está garantizado, según la entidad).

En todo caso, los responsables del centro recuerdan que, en el supuesto de no obtener un puesto de trabajo, los integrantes de esta promoción contarán con una ventaja competitiva con respecto a otros recién salidos de la escuela, del instituto o de la universidad: podrán decir que tienen experiencia laboral, un factor decisivo a la hora de lograr un primer trabajo y que es el que ha hecho que este tipo de formación profesional dual haya tenido tanto éxito en países como Alemania.

La generación de la crisis

Asimismo, a diferencia de anteriores generaciones, estos jóvenes cuentan con la ventaja de haberse formado y crecido con la crisis, lo que les ha preparado para todo tipo de circunstancias futuras y que les ha hecho tomar contacto con conceptos que antes no eran moneda común, como prima de riesgo.