Arrestado un hijo de la expresidenta de Liberia por desaparición de dinero
Las autoridades de Liberia han detenido a varios ex altos cargos del Banco Central, entre ellos Charles Sirleaf, hijo de[…]
Las autoridades de Liberia han detenido a varios ex altos cargos del Banco Central, entre ellos Charles Sirleaf, hijo de la expresidenta Ellen Johnson Sirleaf, por su supuesta implicación en la desaparición de casi 98 millones de euros en moneda local, informaron hoy fuentes oficiales.
La Policía también intentó arrestar al exgobernador del Banco Central Milton Weeks, pero sus guardias privados siguen impidiendo a la Policía que entre en su casa.
Sirleaf, que fue vicegobernador de la entidad, pasó la primera noche bajo custodia policial junto al exdirector de asuntos bancarios del Banco Central Dorbor Hagba, y la Fiscalía tiene 72 horas para formular cargos en su contra.
Las detenciones se produjeron después de que el Gobierno revelase el pasado septiembre que investiga la desaparición de 18.000 millones de dólares liberianos (casi 98 millones de euros), que llegaron a los puertos del país entre noviembre de 2017 y agosto de 2018 en contenedores en billetes impresos en el exterior.
Según la investigación, Weeks y Charles Sirleaf serían los responsables de autorizar la impresión de billetes por una cantidad tres veces superior a la autorizada por el Parlamentario en mayo de 2016.
El banco sólo estaba autorizado para encargar 5.000 millones de dólares liberianos (27 millones de euros, pero se imprimieron 18.000 millones (casi 98 millones de euros).
Además, el banco no pudo documentar el paradero de 2.000 millones de estos dólares liberianos (casi 11 millones de euros).
En enero, el actual presidente liberiano, George Weah, que sucedió hace un año a Johnson Sirleaf, dijo que cuando el informe se hiciera público "se perseguiría judicialmente" a todo aquel que resultara culpable de incumplir la ley.
Este escándalo ha causado en los últimos meses gran indignación en Liberia, cuyos ciudadanos no entienden cómo tal cantidad de dinero pudo entrar en el país -donde la inmensa mayoría de la población vive en la pobreza- sin que el Ejecutivo o el Banco Central lo registrase.
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