Adios 2008, ¿bienvenido 2009?

Faltan tres días para que despidamos 2008, pero tal y como están las cosas y, lo que es peor, tal[…]

Faltan tres días para que despidamos 2008, pero tal y como están las cosas y, lo que es peor, tal y como están las previsiones, tendríamos que decir que ojalá 2009 sea igual de malo que 2008. España ha pasado de ser un país cuya economía crecía a ritmos del 3% a estar prácticamente en recesión, pero no una recesión cualquiera, sino con contracciones del PIB de cerca de un 1%, según las últimas estimaciones.

Las noticias en empleo no son menos malas. De la 'legislatura del pleno empleo' que tanto anunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero a comienzos de año, vamos a ser la 'Legislatura del paro' con niveles cercanos al 16%. Esto no sólo repercute en los 3 millones de personas que buscan un puesto de trabajo, sino también en mujeres, maridos e hijos que dependen de ese salario. Es decir, el consumo, un motor importante de nuestra economía, por los suelos.

Y ya que hablamos de ventas, en 2008 hemos sido testigo del parón brutal del sector inmobiliario. Si antes las casas se vendían solas y a precios desorbitados, el miedo a perder el trabajo y la escala del euríbor que se mantuvo hasta septiembre hizo que la burbuja saltara por los aires. Las consecuencias: inmobiliarias, entre ellas dos de las más grandes, en suspensión de pagos.

Frenazo en seco de las ventas de automóviles. Tanto que 2008 será el peor mes de su historia y, tanto, que ha llevado al paro forzoso, aunque en el mejor de los casos sólo temporal, a miles de trabajadores.

Lo único bueno de 2008 han sido dos noticias que repercutirán en nuestro bolsillo y que han tardado en llegar. La primera la moderación de los precios del brent, que tras marcar su máximo histórico en 147 dólares en julio ha retrocedido hasta los 50 dólares el barril. La segunda la inflación, que ha dado un respiro también en la parte final del año.

El hecho de que nuestros vecinos, Francia, Alemania, Italia etc. estén igual de mal o peor no es mucho consuelo. Ya que no hemos podido evitar la crisis, lo que sí está en manos de nuestros gobernantes es tomar medidas que hagan que el camino sea más llevadero, es decir, que por lo menos salgamos de la crisis lo antes posible y con las menores bajas.

Aunque en estos tiempos, algo bueno tiene que haber, sobre todo para los ciudadanos de a pie: las rebajas se han adelantado y los regalos de reyes pueden salir más baratos que otros años.

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