'Impeachment' en Brasil: ¿Qué viene después?

La Cámara de Diputados de Brasil votó el domingo por una mayoría de más de dos tercios a favor de[…]

La Cámara de Diputados de Brasil votó el domingo por una mayoría de más de dos tercios a favor de la apertura de un juicio de destitución (impeachment) de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, por presunta adulteración de las cuentas públicas.

Rousseff niega haber cometido un "crimen de responsabilidad" y denuncia una tentativa de "golpe de Estado". La próxima batalla se librará en el Senado, a menos que el gobierno recurra a instancias judiciales. Estos son los pasos que el proceso podría transitar en la cámara alta.

1.- El Senado, de 81 miembros, formará una comisión de 21, que dará su opinión sobre la admisibilidad del proceso.

Para que un dictamen de destitución sea aprobado en el plenario del Senado y se instaure el proceso, se necesita una mayoría simple de los legisladores presentes, una vez conseguido un quórum de 42 senadores. De no lograr ese respaldo, el proceso se archiva.

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Analistas consideran improbable que, llegado el caso, el Senado rechace un dictamen que ya tuvo el visto bueno de la Cámara de Diputados y de una comisión propia en la que están representados todos los partidos de la Cámara alta.

2.- Si el Senado valida la apertura de un juicio de destitución. 

En este caso, Rousseff sería apartada de manera provisonal de sus funciones durante un máximo de 180 días, para dar lugar al proceso propiamente dicho. Sería reemplazada por su vicepresidente, Michel Temer, del partido centrista PMDB.

3.- La sesión final del juicio tendría lugar igualmente en el plenario del Senado

Será entonces este juicio bajo la dirección del presidente del Supremo Tribunal Federal (STF). Son necesarios dos tercios de los votos (54 de un total de 81), para destituir definitivamente a la mandataria, cualquiera sea el número de presentes. De lo contrario, Rousseff reasumiría inmediatamente sus funciones. En esta sesión única, el presidente del Senado puede votar porque no la dirige.

4.- ¿Brasil sin Dilma?

El ganador inmediato de todo este proceso es el vicepresidente Michel Temer, quien se convirtió en el principal rival de Rousseff y según ordena la Constitución, asumirá el poder mientras la mandataria es juzgada y completaría su mandato hasta 2018 si es declarada culpable.

Temer se ve a sí mismo como un presidente en espera. Quedó claro después de que divulgara "accidentalmente" una grabación en la que ensayaba su primer discurso a la nación. Pero la realidad del cargo puede no ser tan atractiva.

"Un eventual gobierno suyo va a estar en una situación mejor que el de Rousseff, pero también muy complicada", dijo Diego Werneck, especialista en Derecho Público de la universidad privada FGV de Rio de Janeiro. El abogado constitucionalista y su partido, el centrista PMDB, se encontrarán con una oposición amarga y vengativa, si Rousseff es forzada a dejar el cargo.

Profundamente impopular entre la mayoría de los brasileños, Temer, de 75 años, enfrentaría un problema de credibilidad al llegar a la presidencia sin el voto popular.

Y eso antes de abordar los problemas estructurales, en un momento en que la mayor economía de América Latina atraviesa su peor recesión en décadas y espanta a los inversionistas. Las tres grandes agencias calificadoras de riesgo han degradado las obligaciones de la deuda brasileña a la categoría de bonos basura.

"La crisis va a continuar, e incluso se agravará, porque el lado perdedor va a utilizar todos los instrumentos para boicotear a los ganadores. En cualquier caso, Brasil amanecerá peor mañana", dijo a la AFP el analista político André César.

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