La industria alemana hace aguas

La industria alemana no carbura y la prueba más evidente es que acaba de registrar su mayor desplome anual en[…]

La industria alemana no carbura y la prueba más evidente es que acaba de registrar su mayor desplome anual en más de una década. En concreto, la producción industrial se ha hundido en junio un 1,5% en tasa intermensual, frente a la subida que marcó el mes pasado del 0,3%, dato que además es mucho peor que la caída del 0,5% que esperaba el consenso de analistas de Bloomberg. En tasa anual, la caída es del 5,2%, la mayor en diez años y muy superior al 3,2% esperado por los analistas.

No se veía en otra situación similar la economía alemana desde 2009, cuando el país se recuperaba de la gran recesión que siguió a la crisis de las hipotecas basura, pero la cifras publicadas hoy apuntan hacia un rápido deterioro industrial, que también está empezando a pasar factura al mercado de trabajo germano. Si se excluye la construcción, la caída de la producción industrial es del 1,8%, con una debilidad que es generalizada en todos los sectores. El impacto es serio, y según calculan los analistas de Bloomberg Intelligence,  recortará en 0,6 puntos porcentuales el crecimiento del PIB en el segundo trimestre. "Son datos débiles que reflejan el difícil momento que atraviesa su economía y que se han visto afectados por el sector automoción", dicen los economistas de Bankinter. 

La incertidumbre comercial y la desaceleración del crecimiento mundial son los factores que están lastrando a las fábricas alemanas en los últimos meses, y que han obligado a gigantes como Daimler o Continental a reducir sus previsiones de beneficios. En el caso de Bayer, Basf o Volkswagen, además, habrá recortes de empleos. La mala noticias es que la situación va ir a peor. "Es probable que la debilidad industrial persista en el tercer trimestre y corre el riesgo de extenderse al sector servicios, causando una mayor desaceleración en la economía de Alemania ", dicen los analistas de Bloomberg Intelligence. 

Hace unos días, el Bundesbank ya advirtió de que la economía alemana se contrajo ligeramente en el segundo trimestre, lo que achacó a algunos efectos extraordinarios que impulsaron el PIB del país en el invierno. La producción de la construcción bajó y se normalizaron la ventas de automóviles, que antes habían subido con fuerza a comienzos del año porque en la segunda mitad del año pasado cayeron por los problemas de abastecimiento al aplicar las nuevas normas de homologación. Y sobre todo, el banco central alemán alertó de los problemas del brexit, tras indicar que las exportaciones alemanas han sufrido la caída de los negocios con el Reino Unido.

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