¿Es preocupante la subida del petróleo para la economía española?

El ataque que ha sufrido el mayor productor de petróleo del mundo, Arabia Saudí, y que Estados Unidos atribuye a[…]

El ataque que ha sufrido el mayor productor de petróleo del mundo, Arabia Saudí, y que Estados Unidos atribuye a Irán, ha disparado un 10% los precios del crudo y ha metido el miedo en el cuerpo a los inversores, que temen un recrudecimiento de las tensiones. El oro negro se ha movido al alza con mucha fuerza, no ya por la magnitud de la producción interrumpida (5,7 millones de barriles diarios) si no por el miedo a una guerra abierta con Irán, una circunstancia que al mercado tampoco le debería haber pillado completamente por sorpresa, si tenemos en cuenta las repetidas fricciones que se han producido este verano en el estrecho de Ormuz. 

De entrada, la petrolera saudí Aramco, líder mundial, ha indicado que llevará varias semanas restablecer sus operaciones pero tampoco se ha mostrado demasiado optimista, lo que hace temer graves consecuencias para el suministro mundial de crudo. El problema es que todas estas tensiones le llegan a la economía española en un momento especialmente complicado, cuando la desaceleración económica es un hecho cierto y justo cuando el país sigue con un gobierno en funciones y se dirige con paso firme hacia unas nuevas elecciones en noviembre. ¿Cómo puede afectar este shock del crudo a la economía española?

Lo cierto es que este shock en los precios del crudo no es más que un factor de riesgo añadido a la tendencia de desaceleración que ya se está viendo en la economía española. Ayer mismo, Analistas Financieros Internacionales (Afi) rebajó dos décimas su previsión de crecimiento económico para este año y el siguiente, hasta el 2,2 % en 2019 y el 1,9 % en 2020, en línea con las previsiones del Gobierno. Pero será difícil llegar a ese 2,2%. De acuerdo con estos expertos, la coyuntura internacional continuará siendo relativamente desfavorable en los próximos meses, marcada por la incertidumbre y su efecto sobre el comercio y la actividad manufacturera. A ello suma la esperada pérdida de dinamismo de la demanda interna (consumo e inversión), si bien ésta seguirá siendo el motor del crecimiento. 

La cuestión es que el petróleo es una materia prima básica para la economía española, aún cuando ya no somos tan dependientes como antes gracias a la expansión de las energías alternativas. Y en todo caso, el efecto sobre el crecimiento del PIB dependerá de lo que dure el shock del crudo, según los economistas consultados. "Este tipo de shocks afectan a la economía en la medida en que sean perdurables", dice Juan Ramón Rallo, profesor de Economía en la Universidad Francisco Marroquín, en el centro de estudios OMMA, en la IE University y en la IE Business School. El petróleo "es importante para muchas de nuestras industrias y va a afectar a menos que el shock sea temporal", coincide con este diagnóstico José Martí Pellón, catedrático de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid. 

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A pequeña escala, los ciudadanos tendrían que apretarse más el bolsillo pues subiría la inflación, pero el verdadero peligro que puede hacer descarrilar la economía tiene que ver con el efecto que un shock de este tipo tendría sobre las empresas. "Habría mayores costes, ya que los incrementos del barril de petróleo se traducen en que hay que hacer mayores pagos al exterior. Las empresas empezarían a replantear sus planes de inversión y verían el panorama de otra manera, ya que han cambiado las bases de su competitividad y tendrían que tomar decisiones estratégicas", explica Juan Ramón Rallo. 

El efecto "sería más preocupante si estuviéramos ante una guerra global y la subida de precios fuera estructural y no coyuntural", recalca Martí Pellón, aunque en su opinión, este es un escenario que por ahora parece lejano, pues las petroleras todavía están a tiempo de equilibrar la falta de suministros. Pero si el shock persiste en el tiempo, sin duda tendrá un impacto importante sobre la estructura empresarial, que es lo que determina la inversión y el volumen de empleo, recuerda Rallo. 

Por ahora, "es muy aventurado decir que este shock es preocupante", aunque en una coyuntura de desaceleración no llega en el mejor momento, dice Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia. "Sería una mala noticia si esto fuera permanente. Es lo que se conoce como un shock negativo de oferta, porque da lugar a un crecimiento en el coste de producción de las empresas y hace que sean menos competitivas", añade Maudos. Por eso, contratan a menos trabajadores y como se encarece la materia prima, tienen que vender sus productos más caros. Es decir, "cuando se da un shock negativo de oferta, sube la inflación y el paro al mismo tiempo, lo que se conoce como estanflación. Pero la subida ha de ser permanente", apostilla Maudos.

Ahora bien, algunos expertos, como es el caso de los analistas de UBS, coinciden en señalar que el petróleo va a cotizar con "una prima de riesgo" geopolítica por culpa de los recientes acontecimientos que presionará al alza sobre los precios e incluso marcan un precio de 80 dólares por barril en caso de que sigan los cortes de suministro, aunque prefieren esperar a conocer más detalles para determinar si este escenario es realista y sostenible. 

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