La aversión global al riesgo se ceba con Tokio, que pierde más de un 5 %

El clima de ansiedad que se apoderó en la víspera de las principales bolsas europeas y Wall Street empujó hoy[…]

El clima de ansiedad que se apoderó en la víspera de las principales bolsas europeas y Wall Street empujó hoy a los inversores a buscar refugio en la deuda nipona y el yen, lo que agrandó la herida en Tokio, donde el Nikkei se desplomó un 5,40 por ciento.

El selectivo nipón arrancó con pérdidas cercanas al 2 por ciento nada más sonar la campana, contagiado por la oleada de pesimismo que barrió las plazas del Viejo Continente y Nueva York ante la perspectiva de una nueva recesión económica global y la continuada caída de los precios de las materias primas.

La aversión al riesgo generalizada que dominó el resto de la jornada hizo que muchos movieran sus fichas en el mercado de divisas para depositarlas en una moneda considerada segura en tiempos de turbulencia; el yen.

Así, el euro pasó en unas pocas horas de moverse en la banda media de los 131 yenes a hacerlo por debajo de los 129, mientras el dólar, que se cotizaba en la víspera por encima de las 117 unidades, se precipitó hasta la franja intermedia de las 114, un nivel no visto desde noviembre de 2014.

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Los grandes exportadores nipones, que se benefician con una divisa competitiva, encajaron el golpe y cosecharon pérdidas de entre el 6 y el 7 por ciento, arrastrando en su caída al selectivo nipón.

Tampoco fue una buena jornada para el sector bancario nipón tras los batacazos que los gigantes alemanes Deutsche Bank o Commerzbank se pegaron en Fráncfort en la víspera golpeados por otro abaratamiento del crudo.

Ante esta tesitura, algunos analistas empiezan a señalar la reciente subida de tipos en EE.UU. (y los temores a que la Fed apueste por seguir endureciendo su política monetaria) como un factor, más allá de la sobreoferta y la ralentización económica global, que estaría contribuyendo a hundir aún más al petróleo.

En todo caso, los contratos de futuros para el kilolitro de crudo de Dubai que se negocian en el mercado de materias primas tokiota mostraron hoy una tendencia similar a la marcada este lunes por los barriles de referencia en Europa y Estados Unidos y registraron una caída prácticamente del 7 por ciento.

La búsqueda de posiciones seguras también concentró hoy la atención en la deuda japonesa, otro activo considerado refugio en momentos de tempestad.

Así, el precio del bono a 10 años se fue incrementando consistentemente hasta hacer que su rendimiento entrara por primera vez en la historia en terreno negativo.

El que algunos ya opten por pagar para prestar dinero a la administración japonesa es síntoma inequívoco de la última medida anunciada por Banco de Japón (BoJ), que ha decidido activar el próximo 16 de febrero por primera vez una tasa referencial negativa para evitar el apalancamiento de capitales y potenciar el crédito.

Por otra parte, la celebración del Año Nuevo Lunar -que mantuvo cerradas las plazas en China, Corea del Sur, Singapur, Malasia y Vietnam- ayudó a contener hoy el trastazo de Tokio.

No obstante, los mercados de la región que sí operaron vivieron también una jornada negativa.

El selectivo ASX australiano cedió un 2,88 (su mayor caída desde septiembre), mientras que el PSEi de Filipinas perdió un 1,89 por ciento y el JCI de la Bolsa de Yakarta cerró la jornada con un retroceso del 0,63 por ciento.

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