El BCE compra crédito europeo: ¿Cómo aprovecharlo en las carteras?

Los fondos que ya se han visto beneficiados por el anuncio de la medida en marzo, y que seguirán ganando con su aplicación desde hace unas semanas, serán productos que invierten en deuda corporativa europea... pero también aquellos de renta fija flexible, p

El BCE ha dado un paso adelante y el pasado 8 de junio comenzó a comprar deuda de empresas de la zona euro, con el objetivo de inducir a las compañías a invertir y, en último término, impulsar la inflación y el crecimiento: en su primera semana en esta tarea, adquirió cerca de 2.250 millones de euros, más de lo esperado.  

En principio, los expertos valoran positivamente la medida: defienden que beneficiará a todos los activos de renta fija corporativa, incluido el high yield. Y podría incluso beneficiar a las acciones en la medida en que los inversores seguirán buscando rentabilidad más allá de la deuda con grado de inversión, que ofrecerá cada vez menos retornos. Pero sobre todo, los fondos que ya se han visto beneficiados por el anuncio de la medida el pasado marzo, y que seguirán ganando con su aplicación ahora, serán productos que invierten en deuda corporativa europea... junto con fondos flexibles que puedan adaptarse a las circunstancias, porque el QE no prevendrá los mercados bajistas, aunque ayudará a suavizarlos, dicen los expertos. 

Con todo, también hay voces críticas: algunos gestores consideran que el BCE es un competidor de los inversores poco sensible a los precios, que creará distorsiones en el mercado y además, restringirá la liquidez por el lado comprador.

Un impulso para los activos de renta fija

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Los expertos consideran que la medida del BCE va a ayudar a impulsar los precios de la renta fija privada de toda Europa: aunque el mandato de compra se limita a la deuda con grado de inversión -la de mayor calidad- de la zona euro, los beneficios se extenderán y también podrían notarse en otros segmentos con menor calificación, como el high yield. «En principio la medida debe beneficiar a toda la Eurozona si bien la limitación de compra a la deuda con grado de inversión puede llevar a concentrar las compras en países donde existan más emisiones de empresas que cumplan ese requisito», señala Guillermo Santos, fundador de la EAFI iCapital. Pero, en general, cree que todo el mercado de renta fija europea corporativa se beneficiará, incluido el high yield, «pues la caída incremental de las rentabilidades de los bonos de mayor calidad llevará a los inversores a aumentar la demanda de bonos de menor calidad crediticia, haciendo así subir también sus precios».

«Aunque los bonos high yield no están dentro del universo elegible, creemos que la medida beneficiará a esta clase de activo porque la búsqueda de rentabilidad sigue siendo la principal preocupación para muchos inversores de medio y largo plazo y la compresión de la rentabilidad en el segmento de grado de inversión incentivará a los inversores a comprar más deuda de este tipo, sobre todo en la parte de más calidad del espectro», dice Erick Muller, director de Estrategia de Producto en Muzinich & Co.

«Desde el punto de vista de la inversión, es claro que en el entorno de tipos de interés tan bajos, la búsqueda de rentabilidad producirá un comportamiento favorable en el crédito, máxime si detrás está el BCE comprando. Es por ello que pensamos que no sólo se beneficiarán las compañías que están en el universo de inversión del BCE sino en general el crédito europeo (high yield incluido)», se muestra de acuerdo Beatriz Martínez, gestora de los fondos de renta fija de Allianz Popular Asset Management.

Pero además de beneficiar a los inversores, que verán subir los precios del activo, la medida también será positiva para las empresas, que pueden financiarse de forma mucho más barata y ya están aumentando sus emisiones: «Si ya en 2015 el volumen de emisiones en grado de inversión aumentó respecto a 2014, hasta el mes de mayo de este año el volumen de emisiones de compañías europeas es un 35 por ciento superior al volumen total acumulado el año anterior. Además, las compañías que emiten en el mercado primario lo hacen con diferenciales más ajustados y primas más reducidas. Por lo tanto, los efectos positivos para las compañías son claros», añade Martínez.

Efectos colaterales

Sin embargo, esta situación tan buena para las empresas podría acabar teniendo consecuencias negativas para los inversores, porque, advierte Martínez, a medio plazo los retornos conseguidos son decrecientes. «La parte positiva de la actuación del BCE viene del efecto positivo en la valoración de las carteras de renta fija unido a un aumento de la liquidez en mercado por el lado vendedor, ya que veníamos de un entorno donde la rotación de las carteras era complicada por las dificultades para vender renta fija corporativa. La parte menos positiva es que las compañías consiguen emitir a tipos más bajos y por lo tanto los retornos que obtenemos son inferiores», explica. Es decir, el activo se encarece por la actividad del BCE y ofrece menor rentabilidad.

Uno de los gestores más críticos es Paul Read, gestor de renta fija de Invesco, que considera peligrosa la competencia, en el lado comprador, que la autoridad monetaria supone para los profesionales de la inversión y, sobre todo, la distorsión que puede crear en los precios. «El BCE es un competidor directo de los gestores y eso puede tener un gran impacto en los precios», explica. Porque no será un comprador sensible al precio. Por eso, aunque por un lado es una buena noticia que podría apoyar al mercado, el gestor advierte de que puede crear distorsiones y encarecer algunos segmentos. E incluso atraer a emisores de otros lugares, como empresas de EE.UU. Así, Read se muestra preocupado porque esta actividad rebaja aún más las rentabilidades de la renta fija europea, un activo que ya de por sí compensa poco por el riesgo asumido, dice, incluso aunque se aumente la duración o el riesgo de crédito. 

¿Y la liquidez?

Pero, además, los expertos inciden en que el BCE mejorará la liquidez por el lado vendedor, pero la empeorará por el comprador. «El crédito ya es de por sí un activo menos líquido y esta medida sí está afectando a la liquidez en el sentido de que el mercado está posicionado íntegramente por el lado comprador con lo que en el momento actual hacer una cartera de crédito puede ser muy costoso en términos de tiempo y de rentabilidad. La mejor opción es acudir a la emisión de bonos en el mercado primario, si bien aquí podríamos ver que se reduce la asignación que nos dan los colocadores mientras que se reduce la prima a la que el bono se coloca», afirma Martínez. 

Para analizar los efectos que tendrá sobre la liquidez del mercado, hay que mirar los dos lados de la ecuación: demanda y oferta. «Por un lado, el programa de compra del BCE podría reducir la cantidad de deuda en el mercado disponible para los compradores privados y eso impactaría negativamente en la liquidez. Por otro, una mayor oferta -impulsada por este programa-, mejoraría este aspecto, dicen en Muzinich. «El impacto en la liquidez es mixto y podría polarizar el mercado entre los créditos más fuertes y los más débiles», añade Muller, explicando la importancia de la selección de activos en este entorno. 

Los fondos más beneficiados

A pesar de las dudas, los expertos creen que, en un entorno en el que el BCE compra deuda corporativa europea, los fondos más beneficiados serán los fondos de crédito en euros, con bonos en cartera de calidad crediticia favorable. Santos habla de fondos como Natixis AM Funds-Natixis Euro Credit, Schroder Intl Euro Corp-AAC o Henderson Euro Corporate Bond.

Los expertos prefieren no mojarse al hablar de fondos que invierten en un país o región más específica porque creen que el programa y las compras difundirán su impacto a través de todo el mercado de deuda privada con grado de inversión denominada en euros... y que incluso los emisores de fuera de la zona euro podrían beneficiarse. «Sería difícil saber si el programa se va a centrar en algún país concreto», dicen desde Muzinich. En general, todas las estrategias de crédito se han visto beneficiadas directa o indirectamente, porque el mercado de crédito ha descontado ya este movimiento. En este sentido, creen que estamos en un entorno ideal para estrategias flexibles como Muzinich Global Tactical Credit, que se puedan adaptar y beneficiar de las oportunidades que generan este tipo de situaciones. 

En la gestora están expuestos a crédito europeo: han incrementado su exposición a la deuda high yield de mayor calidad en sus fondos con grado de inversión e invertido en la categoría BBB en sus fondos high yield para beneficiarse de la apreciación de los mercados. En un entorno en el que los fondos ya se beneficiaron del QE europeo a principios de año, apuestan por una filosofía de inversión centrada en la selección de valores.
También en Allianz Popular AM han incrementado su exposición a crédito en sus fondos de deuda y mixtos, en un entorno de tipos bajos en deuda pública. Y no solo al crédito que es objeto de compras por el BCE sino también a crédito financiero que no está dentro su universo de inversión. «En la medida en que los diferenciales de crédito se reduzcan, lo veremos reflejado en la valoración de los fondos de renta fija. Destacaríamos el fondo Eurovalor Optima Renta Fija Flexible como uno de los que más podría verse favorecido», dice Martínez.

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