Once jugadas que tu banco te intenta colar
Los españoles son los europeos que más consejos piden a la hora de manejar su dinero y ahorrar. Lo que[…]
Los españoles son los europeos que más consejos piden a la hora de manejar su dinero y ahorrar. Lo que ocurre es que no siempre lo hacen a las fuentes adecuadas. Si algo debes tener claro tras la reciente crisis financiera es que el banco no es tu amigo, sino una empresa con sus consignas que busca maximizar su beneficio.
Esto no quiere decir que debas romper con tu banco y no pisar una oficina bancaria en tu vida. Las entidades financieras tienen muchas cosas positivas. Lo único que debes hacer es tener muy claro que no siempre mirarán por tus intereses y saber de antemano cuáles son las jugadas más habituales que intentarán colarte. Así, como si de una partida de mus o de póker se tratase, podrás detectar el farol.
En mayor o menor medida, estas son las once jugadas que el banco te intentará colar en cuanto pises sus oficinas.
Préstamos precondecidos con tipos de interés desproporcionados
Si tienes una cuenta corriente con tu banco y todavía no has recibido una carta o una llamada diciéndote que tienes 15.000 euros esperándote para ser tuyos, eres unos de los pocos afortunados en España.
Los préstamos preconcedidos son la versión bancaria del dinero rápido que puedes obtener en entidades como Cetelem y similares. A través de tus datos y movimientos, el banco establece una cantidad que estima que puedes devolver sin problemas y te la ofrece de forma casi automática. Podrás usar este dinero para cualquier cosa y los trámites para conseguirlo suelen más rápidos que los de un préstamo solicitado por ti.
El truco está siempre en el tipo de interés, que caso siempre será de doble dígito, cercano al 12%. Si te llaman por teléfono te hablarán siempre de la cuota a pagar, que será pequeña, pero debes preguntar automáticamente por el TAE de la operación y buscar ese dato si lo que recibes es una carga.
Teniendo en cuenta que estos préstamos suelen ofrecerlos a clientes solventes que no necesitan el dinero y que cualquier deuda supone un peligro, mejor mantenerse lejos de ellos.
Depósitos que no te llevan a ninguna parte
La locura por los depósitos bancarios hace tiempo que pasó a mejor vida, pero si vas a una entidad y dices que quieres seguridad para tus ahorros es fácil que acabes con un depósito que te haga perder dinero en términos reales.
Con una rentabilidad cercana al 0,75% a un año en el mejor de los casos, en cuanto incluyas el efecto de la inflación y restes los impuestos, verás cómo tu rentabilidad real es más cercana al cero de lo que pensabas.
Depósitos estructurados como depósitos al uso
La propia palabra 'estructurado' ya debería ponerte en alerta sobre el producto financiero. Sin embargo, el hecho de que también sea un depósito hace que la mayoría confíe.
Los depósitos estructurados son básicamente un producto mixto que liga parte de su rentabilidad a la evolución de una cesta de activos. Para que lo entiendas mejor, una parte del dinero que inviertes te dará una rentabilidad exigua, mientras que la otra estará supeditada a lo que hagan, por ejemplo, las acciones de Repsol, BBVA y Santander. Si suben el porcentaje que establezca el contrato ganarás y si no, te quedarás como estabas. Con un depósito al uso sabes de antemano cuánto ganarás, con un estructurado sólo sabes cuánto puedes llegar a ganar.
Tu dinero estará asegurado en todo momento, pero la ganancia para estos depósitos puede ser cercana a cero con plazos de inversión que tienden a superar con creces el año.
Fondos de inversión a años luz de los mejores
Los fondos se han convertido en uno de los productos estrella de las entidades financieras. El motivo es que la práctica mayoría de los asesores financieros independientes los recomienda como vehículo de inversión a largo plazo y alternativa a los planes de pensiones.
El problema es que no todos los planes de pensiones son iguales y los que ofrece la banca al pequeño ahorrador distan mucho de estar entre los mejores. Es más, como explican desde Asesora.com, los fondos y planes más vendidos no están entre los mejores. Y si algo hará siempre el banco es ofrecerte su propio producto.
Si a eso le sumamos unas comisiones elevadas, más que las de las gestoras indendientes, ya tenemos otro motivo para desconfiar.
En cualquier caso, si tu banco no es capaz de ofrecerte un centenar de fondos, que además incluyan varios que no sean propios, deberías plantearte si es bueno para ti.
Ofrecerte siempre un plan de pensiones cuando hablas de jubilación
Los planes de pensiones son el producto estrella cuando se trata de ahorro a largo plazo, pero esto no quiere decir que sean la mejor opción. En nuestro un post anterior ya te descubrimos las siete cosas que nadie te cuenta sobre un plan de pensiones.
Ofrecerte acciones del banco cuando hablas de inversión
Todos los grandes bancos cotizan en bolsa y a todos les interesa que sus acciones suban. Por eso convierten a sus oficinas en auténticas 'tiendas' de colocación de títulos del banco.
Prueba a sentarte con un asesor y comentarle que quieres invertir pero que no sabes en qué. Verás como entre las opciones no tardan en aparecer las acciones del banco. Si además es uno de los 'grandes' te comentarán la fortaleza de la entidad y como es un valor seguro. ¡Si es que hasta reparte dividendos!.
Desde aquí no podemos decir si debes o no comprar acciones de los bancos, sólo recordarte una máxima: en bolsa no hay valor seguro y, llegado un punto, puedes perder todo lo invertido. Si nunca has invertido en bolsa hay alternativas mejores, más fáciles de entender y que te permitirán diversificar mejor los riesgos.
Ofrecerte tarjetas que por defecto se activan en modo revolving
Las tarjetas de crédito pueden ser una gran herramienta, pero siempre son un gran riesgo, sobre todo si se usan mal. En banco te ayudará en este punto. Por defecto la mayoría de entidades activará tu tarjeta en modo revolving en lugar de con pago único. La diferencia es que con el primero fraccionarán tus compras y activarán por defecto el crédito de la tarjeta, sea cual sea el importe de tu compra e independiente de que haya o no dinero en la cuenta.
Si vas a tener una tarjeta de crédito, que sea en modo de pago único, con el que haces frente a todos los pagos al final de mes (o el día que tú elijas). Así será el banco quien realmente te adelante el dinero y a coste cero. Eso sí, no te retrases en el pago y ten siempre dinero en la cuenta, porque si no lo pagarás caro.
Hacer que tu cuenta de ahorro tenga saldo a crédito
Se supone que la ventaja de una cuenta corriente y una tarjeta a débito es que cuando no hay dinero en la cuenta no puedes comprar ni realizar pagos. La mayoría de cuentas incumplen esta máxima y disponen de un saldo 'de gracia' a crédito que suele rondar los 500 euros. Sirve para no devolver recibos básicos y cubrir pequeños gastos adicionales que puedas haber realizado.
En principio podría decirse que es un favor que el banco te hace, pero en realidad es convertir tu cuenta en un mini-crédito a precio de oro. El siguiente cuadro de Rankia resume la situación.
Remitirte a tu sucursal para cualquier gestión
Cada banco cuenta con su propia normativa interna, pero entre los grandes bancos es habitual que haya determinadas operativas que estén restringidas a tu sucursal de referencia o en la que abriste la cuenta. Si quieres hacer algo que se salga de lo habitual, como pedir dinero en otra divisa o retirada de sumas importantes es muy fácil que en la oficina te remitan a tu sucursal.
Aunque los grandes bancos se vanaglorian de ser globales y disponer de oficinas para la atención a sus usuarios, la realidad es que a la hora de la verdad, tratan de enviarte siempre a la oficina donde tienes tus cuentas. El motivo es que cada sucursal funciona como una entidad independiente, como un módulo separado con sus propios objetivos y ratios que cumplir. Dedicar tiempo en operaciones de clientes de otra sucursal no se diferencia mucho en términos reales de atender a un usuario de otro banco. Para ellos es una pérdida de tiempo que no tiene ningún impacto positivo en su balance.
Si no lo tienes claro, prueba a cancelar tu cuenta desde una sucursal que no sea donde la abriste o a pedir el cambio de oficina y verás como no todo son facilidades.
Intentar que firmes hipotecas de larga duración
Las hipotecas cortas te favorecen a ti y las largas, al banco. Esto es algo que debes tener muy claro a la hora de contratar un préstamo hipotecario. Los números no mienten en este punto, otra cuestión diferente es que sea más cómodo pagar 500 euros al mes de cuota que 800 euros.
El banco conoce todos estos números y tratará de que endeudes a largo plazo usando la cuota como cebo. Así siempre podrás pedir más cantidad por muy poco más al mes, pero después sufrirás las consecuencias. La hipoteca ideal no debería superar los 15 años para que no termines pagando el doble por tu casa solo en intereses.
Colocarte productos adicionales al contratar una hipoteca
Si vas a contratar una hipoteca prepárate para abrir una cuenta con el banco, en caso de que no la tengas todavía. Y eso sólo para empezar. La entidad también querrá que contrates un seguro de vida ligado a la hipoteca, un seguro de hogar (el seguro contra incendio es obligatorio para viviendas hipotecadas) e incluso algún fondo de inversión y algún plan de pensiones.
Lo más habitual en los últimos tiempos es que el diferencial sea menor o mayor dependiendo de los productos que contrates. Haz bien tus números para no salir perdiendo.
Imponer su notario
El papel del notario en la firma de una hipoteca es el de comprobar que todo está correcto y también que ambas partes entienden lo que pone en el contrato. En otras palabras, si tienes dudas sobre cualquier cláusula debería resolverlas y no dejarte firmar hasta que no esté seguro de que comprendes lo que pone en los documentos.
En teoría tienes libertad para designar el notario que quieras, igual que el banco de elegir al tasador que desee. La realidad es otra. Los bancos trabajan con grandes bufetes de abogados e impondrán siempre al notario de su elección como condición sin e qua non.
Ten en cuenta estas once cosas antes de pisar cualquier oficina bancaria y habrás ganado parte de la batalla con tu banco. Busca un asesor independiente para tus finanzas personales y no tendrás que preocuparte por ellas nunca más.