La inflación alemana explota pero los analistas ven impasible a Draghi

La inflación en Alemania registró en febrero su nivel más alto de los últimos cuatro años y medio, pero los analistas explicaron este miércoles que eso no debería conmover al Banco Central Europeo (BCE) y a su política ultraflexible.

Según los datos preliminares de la agencia federal alemana de estadísticas Destatis, los precios al consumidor de la principal economía europea aumentaron un 2,2% interanual el mes pasado, por encima del objetivo oficial del BCE del 2%.

El índice, un aumento respecto al 1,9% interanual del mes de enero en Alemania, es el más alto desde agosto de 2012, y por encima de las previsiones de analistas.

Las autoridades monetarias y el propio gobierno alemán se muestran muy nerviosas por la escasa respuesta del BCE a esas subidas de la inflación y al calentamiento de la economía motor de la eurozona.

Alemania querría que el BCE cambiara su política monetaria, basada en unas tasas de interés históricamente bajas y en una masiva compra de deuda pública y privada.

Pero "las demandas de Alemania van erradas y son prematuras" consideró Marcel Fratzscher, jefe del centro de análisis berlinés DIW, mediante un comunicado.

Si se excluye del índice subsectores como la comidad o la energía, la inflación sigue siendo "demasiado baja" para el BCE, añadió este experto.

Como sucedió en diciembre y enero, la aceleración de febrero se debió ampliamente a un aumento de los costes de energía, explicó Destatis.

"No deberíamos reaccionar a datos individuales e incrementos repentinos de la inflación " explicó el presidente del BCE, Mario Draghi, ante el Parlamento Europeo a principios de febrero.

Excepto en comida y energía, la inflación alemana no muestra signos de tensión, explicó Marco Wagner, analista de Commerzbank.

En estas condiciones, "el BCE sigue lejos de su objetivo" del 2% de inflación anual en la zona euro, explicó Wagner.