Francia, un polvorín por ahora manejable para los bancos del IBEX 35
La inestabilidad política aboca a la caída del Gobierno de Francia, una situación que por ahora mantiene contenido el riesgo de contagio a los bancos del IBEX y a los del resto de Europa
La tormenta política desatada en Francia supone una amenaza para los bancos del IBEX 35 y los del resto de Europa por el riesgo de contagio, aunque la situación por ahora parece manejable para las entidades financieras, según los analistas consultados por finanzas.com.
La renta fija francesa y los valores bancarios se colocaron en el ojo del huracán después de que el primer ministro, François Bayrou, anunciara una moción de confianza sobre su propio Gobierno en un contexto de desacuerdos presupuestarios.
El recuerdo de la caída de su predecesor y de la pérdida de la mayoría parlamentaria del presidente Emmanuel Macron colocaron a los inversores frente a un riesgo conocido: la volatilidad crónica de la política francesa y sus implicaciones financieras.
El CAC 40 estabilizó su cotización este miércoles, pero en la semana pierde en torno al 3%, con descensos pronunciados en valores financieros como BNP Paribas, Société Générale o AXA, que llegaron a ceder más de un 6% en una sola jornada.
Paralelamente, el diferencial entre los bonos franceses a diez años y la deuda alemana (que mide la prima de riesgo) escaló a máximos de abril, una señal clara de que los inversores exigen más retornos para financiar al estado francés.
El Gobierno de Francia camina hacia el abismo
Sin apoyos políticos, el resultado más probable de la moción de confianza del 8 de septiembre “es la caída del gobierno, que sería la segunda en menos de un año”, explicaron Thomas Gillet y Brian Marly, analistas de sector público y soberano de Scope Ratings.
Todos los escenarios que le quedarían al presidente Macron son malos desde el punto de vista crediticio. O bien nombra un nuevo primer ministro (el quinto en cuatro años) o convoca elecciones anticipadas.
En cualquier caso, el nuevo Ejecutivo tendría que hacer concesiones sobre el presupuesto, descartando el plan de ahorro de Bayrou, que asciende a 44.000 millones de euros, aproximadamente un 1,5% del PIB.
Los bonos franceses, epicentro del posible terremoto
De esta forma, sin poder embridar el déficit presupuestario, el epicentro de lo que podría ser una tormenta en toda regla son los bonos del Tesoro francés, conocidos OATs.
Según BNY Mellon, las posiciones en esta deuda soberana están “extremadamente concentradas” tras un fuerte flujo de entrada en los últimos meses, lo que aumenta el riesgo de ventas masivas si los inversores deciden salir en bloque.
“El riesgo latente de salidas es extremadamente alto. Los niveles actuales de exposición a OATs corren el riesgo de provocar una ola de ventas aún más fuerte que la de junio pasado, cuando se convocaron elecciones anticipadas”, advirtió Geoff Yu, estratega macro de BNY.
Lo que hace más vulnerable a Francia es que sus ventajas relativas frente a otros países de la eurozona se han reducido. Alemania está relajando su política fiscal y aumentando la emisión de bonos, mientras Italia presenta unas perspectivas fiscales mejores de lo esperado.
En este contexto, los bonos galos pierden atractivo y la percepción de refugio para los inversores internacionales se esfuma.
Bancos franceses en el ojo del huracán
La caída en los precios de los bonos de Francia implica un incremento de la rentabilidad exigida, lo que eleva el coste de financiación del Estado.
Este efecto se traslada rápidamente a la banca, que tiene grandes carteras de deuda soberana en balance y que además depende de la estabilidad de su mercado doméstico para mantener márgenes y confianza.
Como explicó a finanzas.com el analista de mercados Javier Cabrera, “dadas las valoraciones del sector y la interconexión entre los bancos europeos, sí que podríamos seguir viendo caídas en la banca española si los bancos franceses siguen sufriendo. Ahora bien, esto no implica que vayamos a tener una gran crisis del euro en el corto plazo”.
Estabilización a medio plazo
El análisis de Cabrera introduce un matiz importante: aunque el shock político y fiscal en Francia pueda generar volatilidad en los bancos europeos, no debería desembocar en una crisis sistémica como la que vivió la eurozona hace una década.
“Creemos que la situación fiscal de Francia no cambiará en el corto plazo y posiblemente veamos más episodios de este tipo hasta que los rendimientos de la deuda francesa se ajusten a los estándares de riesgo de los inversores, pero pensamos que terminarán por estabilizarse”, añade Cabrera.
Ese ajuste vendrá acompañado de un mayor coste de financiación para Francia y, en general, para el conjunto del sistema europeo. Sin embargo, los analistas coinciden en que el impacto debería ser limitado, sin poner en riesgo la solidez de los grandes bancos europeos, que acaban de superar con solvencia los test de estrés de la zona euro.
Bonos a coste amortizado
Para relajar las tensiones, tampoco hay que olvidar el matiz que introducen los analistas de UBS, cuando apuntan que los bonos de Francia en el balance de los bancos franceses están contabilizados a “coste amortizado” y no a valor de mercado.
Esto significa que, aunque caiga el precio de los bonos, no tendría apenas impacto en el capital regulatorio CET1.
De esta forma, los expertos consultados consideraron que la situación actual invita a extremar la cautela, una señal de alerta que no debería desembocar en pánico, a menos que la situación del mercado de bonos escapara de todo control, un escenario por ahora no plausible.
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