La tormenta perfecta en la que está envuelto el precio del petróleo

Los precios del crudo seguirán bajos por la baja demanda

En los últimos doce meses, el precio del petróleo cae un 38,5% y las perspectivas para el oro negro siguen siendo muy negativas.

El principal motivo es que la demanda del petróleo seguirá deprimida como consecuencia de la crisis económica provocada por la pandemia. Y ni siquiera las labores expansivas de los bancos centrales conseguirán remontar el vuelo. 

¿Hasta qué nivel se moverá el precio del petróleo? Las expectativas es que se mueva entre los  33 a 43 dólares hasta  final del año. Actualmente el petróleo Texas se mueve en los 42 dólares su valor máximo en cuatro meses. 

Si aumentan los confinamientos de forma generalizada, se podría perforar el suelo. A medio plazo, los 12 millones de barriles diarios de recortes en la producción mundial, junto con la producción de Libia e Irán, que actualmente está fuera de línea, implican un posible aumento de la oferta de 15 millones de barriles diarios que actuaría como amortiguador de los precios

El desplome de precios explicado por varios motivos 

Uno de los motivos es que la demanda de petróleo está condicionada por el nivel del PIB. La recesión provocada por el covid-19 es más profunda y parece más persistente que la de 2009, los niveles del PIB no volverán a los niveles anteriores a la crisis antes de por lo menos 2022 ó 2023. Esto significa que la demanda seguirá siendo moderada durante este período. 

El giro a una economía verde dará la puntilla al crudo

Por poner un ejemplo, la economía alemana se desplomó un 10,9% en el segundo trimestre, la mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que la española se hundió un 18,5%, el mayor descenso desde que se inició la serie en 1970.

A ello hay que sumar que los trabajadores no se han reincorporado a las oficinas y mientras que la actividad siga siendo baja, tampoco se recuperarán los viajes de trabajo. 

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“Actualmente estimamos que la demanda de combustible para aviones estará por debajo de 1 millón de barriles de petróleo diarios, por debajo de los 7 millones que normalmente se ven. Ese agujero de 6 millones de barriles de petróleo en la demanda puede volver en 2021 en algún momento, pero dependerá de los avances médicos”, advierte Robert Minter, estratega de inversiones de Aberdeen Standard Investments.

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Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM (Natixis IM) señala que otro factor que impacta negativamente en la demanda del petróleo es el giro verde a la economía “ya que muchas personas desean reducir su huella de carbono a nivel mundial. Esto significa que hay importantes avances en la búsqueda de fuentes de energía alternativas”.

Y en ese sentido, la actual crisis sanitaria es probablemente un momento decisivo. Todos hemos sido testigos de mejoras en la eficiencia relacionadas con muchas áreas de energía alternativa.

Aquí, la industria del automóvil está participando de este cambio puesto que también los consumidores quieren coches más limpios. Asimismo, los gobiernos financian incentivos para comprarlos y los fabricantes de automóviles tienen que adapta su oferta. Además, en Europa hay iniciativas en torno a las baterías para mejorar la capacidad de captación de energía. 

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Países menos dependientes del petróleo

Esto provoca una tormenta perfecta para la materia prima, ya que los países desarrollados serán menos dependiente del petróleo. 

Esto se verá compensada por los países en desarrollo donde la dependencia del petróleo es mayor. Su demanda seguirá siendo fuerte por el momento, ya que se asociará con una mejora en el nivel de vida. Pero no será suficiente para mantener los niveles de precios. 

Y esto obligará a los productos, cuyo PIB depende de ello, a recalcular sus presupuestos, que inicialmente se habían calculado para niveles de precios más altos. 

¿Esto será negativo a largo plazo? Aunque la caída de los precios se mantendrán a corto y medio plazo, a menor demanda, menor producción por lo que los precios deberían subir. El problema es que la OPEP está realizando una estrategia distinta, ya que a menores precios, para compensar su caída de ingresos producen más, con lo cual, este exceso de oferta, vuelve a implicar precios más bajos.

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