La complacencia de las bolsas roza los niveles de la burbuja puntocom

Peligrosos síntomas de complacencia alimentan el debate sobre la sostenibilidad de las valoraciones

La complacencia de los inversores está en máximos de dos décadas y roza los niveles previos al pinchazo de la burbuja puntocom. Con las bolsas remontando posiciones tras el coronavirus, la temeridad y la codicia podrían ser los próximos enemigos del mercado.

Así lo refleja el indicador de complacencia basado en activos cruzados que elaboran los estrategas de JP Morgan, un índice que tiene en cuenta las valoraciones, el posicionamiento y el impulso de los precios.

Lo cierto es que es índice se está aproximando a su nivel más alto desde que estallara la burbuja tecnológica hace dos décadas.

El calentón del mercado se puede ver en la estratosférica subida del bitcoin, que roza los 50.000 dólares, en el desmedido frenesí que desataron con las empresas de cannabis o en la polvareda que levantó el foro Wallstreetbets de Reddit con los pequeños valores.

Más dinero llega a los mercados

Desde que comenzó el año, la renta variable global experimentó entradas de fondos por valor de siete billones de dólares, mientras que la capitalización de la criptodivisas se disparó hasta los 1,4 billones. Además, las ventas de bonos ‘high yield’ están batiendo récords.  

En medio de esta fiesta, la gran pregunta es hasta qué punto serán sostenibles las altas valoraciones.

La respuesta a esta cuestión no parece amedrentar a los inversores, que siguen dando hilo a la cometa y confían en el apoyo incondicional de los bancos centrales y en los faraónicos planes de estímulo fiscal.

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Aún cuando la complacencia roza niveles pre burbuja, en JP Morgan tampoco sonaron los timbres de alarma. Sus estrategas reconocieron que es posible que se produzca una pausa, pero tampoco ven razones para esperar un retroceso sustancial del mercado.

El riesgo pasa por la retirada de estímulos por parte de la Fed

El principal riesgo que hay sobre el tablero es que la Fed reduzca sus compras de bonos una vez que el empleo y la inflación alcancen los objetivos marcados por el banco central estadounidense, aunque esto por ahora no es un problema.

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“Nos hemos sentido cómodos aconsejando a los inversores que permanezcan mucho tiempo en la mayoría de los mercados”, escribió el equipo de estrategas de JP Morgan liderados por John Normand.

Tampoco faltan razones para pensar lo contrario. La temporada de resultados está siendo bastante mejor de lo esperado, y lo que es más importante, las perspectivas sobre la evolución del negocio que están ofreciendo las empresas invitan a pensar que la recuperación está cerca.

Cuando el crecimiento está por encima de la tendencia, la política monetaria es ultra laxa y la política fiscal sigue a toda mecha, “los mercados tienden a permanecer en movimiento hasta que otra fuerza actúe sobre ellos”, apuntan en JP Morgan.

La Fed no mete presión…por ahora

Por ahora, esa fuerza que podría bajar a las bolsas de las nubes no está, y tampoco se la espera. Hace unos días, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dejó bien claro que es poco probable que el banco retire sus medidas de apoyo.

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Sin esta presión añadida, el dinero no para de llegar a los mercados globales. Los récords no solo los batieron los índices estadounidenses. El furor por las acciones japonesas es muy elevado y el Nikkei superó los 30.000 puntos, lo que no sucedía en tres décadas.

Pero no es menos cierto que las expectativas de inflación se han disparado al alza en los últimos meses. El efecto combinado de la recuperación que se espera con las vacunas y el plan de estímulo fiscal que aprobará la administración Biden es la causa de esta subida.

A estos dos factores se puede sumar el crecimiento que se espera en el déficit fiscal estadounidense, un elemento que podría incrementar aún más las presiones inflacionarias y meter más presión a la Fed para que tome medidas de contención con los precios.

Los inversores ni se inmutan

El objetivo de precios de la Fed es flexible, y existe un consenso entre los inversores de que cualquier medida de ajuste será muy gradual. Pero todo tiene un límite y si las expectativas de inflación siguen escalando, el vértigo de los inversores podría ser cada vez mayor.

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Con todo, los inversores no parecen tener miedo ante estas perspectivas. De hecho, la última encuesta entre gestores de fondos de Bank of America ML mostró que solo un 13% de los profesionales considera que el mercado de valores estadounidense está en una burbuja.

Frente a ellos, el 27% de los encuestados cree que el mercado alcista solo está en su fase inicial, mientras que el 53% de los experto sí que ve que la etapa de avances está en su estadio final.

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