La pandemia dará el impulso definitivo a la inversión sostenible

La crisis del coronavirus ha permitido vislumbrar cómo sería el mundo con una economía más sostenible: aguas cristalinas y cielos azules

La crisis económica y social provocada por el coronavirus ha reafirmado las opiniones que defienden un desarrollo sostenible como el único camino.

Aunque como reconoce Jeff Meli, jefe global de análisis de Barclays, “antes del brote de la enfermedad Covid-19, la esfera financiera ya se encontraba en un punto de inflexión, en el que la integración de las preocupaciones en torno a la sostenibilidad se estaba convirtiendo en la norma"

No obstante, la crisis del coronavirus ha acelerado prácticas sostenible y ha permitido vislumbrar cómo sería el mundo con una economía más sostenible con menos contaminación y menos vuelos: aguas cristalinas y cielos azules.

En ese sentido, los inversores, según un estudio de BlackRock, perciben a la inverisón sostenible como más resilente y esperan que cambien sus flujos de inversión de activos de riesgo a aquellos que cumplan estos criterios ASG.

En el apartado corporativo, las empresas están cambiando líneas de producción para fabricar desinfectante para manos o ventiladores para hospitales, y algunas incluso regalan los materiales necesarios para fabricarlos, al no suponer mucho para sus negocios pero ser de enorme utilidad para los hospitales que los reciben.

Más sostenibles, pero por obligación

Como decíamos el mundo se ha vuelto sostenible casi por obligación con prácticas laborales impuestas sobre la marcha que antes se resistían como el teletrabajo, la flexibilidad horaria o las reuniones por videoconferencia sin tener que desplazarse. Casualmente, todo eso es positivo para la igualdad, la diversidad y el medio ambiente, insisten en Robeco. Pero estas prácticas, que se han comprobado que funcionan, han llegado para quedarse.

En la Declaración de los Inversores en Respuesta al Coronavirus firmada por 195 inversores de todo el mundo, se pedía a las empresas que ofrezcan permisos retribuidos cuando haga falta, den prioridad a la salud y la seguridad, mantengan el empleo, sus relaciones con proveedores y clientes, y observen prudencia financiera..

Por lo que se refiere a la prudencia financiera, las dos cuestiones más importantes desde un punto de vista ASG son la remuneración y la gestión del capital.

Publicidad
Publicidad

Para el inversor sostenible, eso no supone ninguna novedad. Sin embargo, en la presente situación se valorará individualmente la prudencia de cada empresa en lo relativo al pago de dividendos y la recompra de acciones.

La remuneración de los miembros del consejo será otro aspecto desde el punto de vista sostenible que sufrirá una profunda transformación con el coronavirus. En ese sentido, la sostenibilidad pasa por no apoyar a las empresas que refuerzan los bonus de los directivos mientras que sus trabajadores pasen dificultades.

En ese sentido, expertos en climatología y política social de las universidades y la sociedad civil han elaborado un menú de estímulos verdes para reconstruir la economía, que combina el desarrollo social y medioambiental.

Publicidad

Algunas de las ideas propuestas están ayudando a crear puestos de trabajo verdes con la expansión de las energías limpias, el acondicionamiento de edificios y la construcción sostenible de viviendas.

Las propuestas también incluyen promover la construcción y gestión de infraestructuras verdes, la producción local de ropa y textiles sostenibles, o expandir programas de práctica empresarial preexistentes para que más trabajadores con rentas bajas tengan acceso a puestos de trabajo dignos.

En Europa, los estímulos a las inversiones verdes pueden servir para cumplir con los objetivos de emisión de carbono a los que los países europeos se han comprometido.

Para seguir avanzando, los sectores público y privado deberían colaborar juntos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con la emisión de bonos verdes y sociales se tendría la oportunidad de financiar tales inversiones. Según S&P Global, los bonos verdes suponen en la actualidad menos del 0,1% del total de la deuda soberana. 

Publicidad
En portada

Noticias de