La economía circular crea estrategias inversoras de 4,5$ billones
Los gestores buscan oportunidades en las compañías que están cambiando los patrones de producción y consumo
Invertir en compañías cotizadas que aborden las oportunidades del cambio de paradigma en los patrones tradicionales de producción y consumo hacia una economía circular se perfila como una interesante estrategia para los gestores de fondos.
Así lo han contemplado en la gestora Robeco, que acaba de lanzar la estrategia RobecoSAM Circular Economy Equities. Tiene como objetivo identificar e invertir en empresas líderes que crean valor en la cadena.
Estas empresas llevan a cabo una producción y consumo específicos, un mantenimiento predictivo y el uso mejorado de subproductos para crear valor a partir de ineficiencias.
Grupos de inversión
Específicamente, la estrategia invierte en empresas de los siguientes grupos:
Rediseño de insumos (empaquetados, materia prima renovable y fibra, materiales de construcción, agricultura de precisión), uso circular (nutrición, moda y ocio, hogar y estilo de vida, economía compartida), tecnologías habilitadoras (digitalización, producto como servicio, logística y pruebas) y recursos circulares (extensión de vida útil del producto, recolección y clasificación, recuperación y reciclaje).
Cada vez más países y empresas abordan las ineficiencias de la producción lineal y los residuos
Según apuntan desde la gestora, está en marcha una revolución de la economía global. El modelo de consumo tradicional "adquirir-utilizar-tirar" de la economía lineal, en donde se crea valor vendiendo tantos productos como sea posible, se está volviendo insostenible.
Por este motivo, cada vez más países y empresas abordan las ineficiencias de la producción lineal y los residuos, y están estableciendo políticas de reciclaje.
La autorregulación de la industria hacia una economía circular gana impulso en medio de la inminente presión regulatoria y la mayor demanda de los consumidores por productos sostenibles.
Holger Frey, gestor de RobecoSAM, explica: "Estamos llegando a un punto de inflexión para los patrones tradicionales de producción y consumo".
"Una regulación ambiental más estricta, junto con la creciente concienciación del consumidor, favorecen una mayor circularidad y el alejamiento de la extracción de recursos finitos".
