Un año bursátil que retrata a Zapatero

Cada cual es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Este aforismo se lo podemos aplicar al presidente[…]

Cada cual es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Este aforismo se lo podemos aplicar al presidente del Gobierno, que hace justo un año alardeaba de la salud de nuestra economía cuando el Ibex 35 marcaba su máximo histórico en 15.507,10 puntos.

 José Luis Rodríguez Zapatero, que de mercados anda justo de conocimientos, aseguraba al salir de una conferencia de presidentes de la UE en Lisboa para buscar soluciones a la crisis que "afortunadamente, la fortaleza de la economía española y la solvencia de las instituciones financieras han hecho que nuestro país no tenga una afectación singular, y buena expresión de esa situación es la evolución de los últimos días del mercado de valores, donde nuestra bolsa ha alcanzado un máximo histórico",

Sobra decir lo que ha acontecido desde entonces. Hemos pasado de ser inmunes a las turbulencias internacionales, a vivir una suave desaceleración y, posteriormente, a la que, según el propio Solbes, es la mayor crisis que ha sufrido España en su historia. Prueba de ello, según el criterio de Zapatero, es que el Ibex se ha desplomado un 36% -ahora anda por los 9.900 puntos- desde aquellos máximos de mediados de octubre de 2008.

Debería ahora nuestro Gran Capitan salir a la palestra y explicar si este hundimiento de los mercados es el fiel reflejo de la situación que viven los españoles, incluidos lo que le votaron y a los que no dijo la verdad. Nuestra economía hacía tiempo que no se veía tan tocada -hemos pasado de superávit a déficit como el que no quiere la cosa-, con un desempleo galopante y unas perspectivas muy negras si se confirma que vamos a entrar en recesión en un santiamén.

Como ya ha advertido algún experto, 2009 será un año muy duro, por lo que las teorías oficialistas de que íbamos a remontar el vuelo en la segunda mitad del próximo ejercicio se desvanecen a golpe de susto diario. Y la bolsa, que suele anticipar con gran exactitud el tiempo que nos espera, nos indica que el optimismo está a la baja y creciendo. Los resultados de las empresas lo van a empezar a expresar en los próximos días y, especialmente, en los próximos trimestres.

Agárrense que viene curvas y, sobre todo, ahorre porque no descarte que Zapatero también tenga que apretarse el cinturón e incumpla sus promesas sociales o, como ya ha hecho el alcalde Gallardón en Madrid, les suban los impuestos.

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