Tokio recae por la inquietud tras los atentados de Bruselas

La Bolsa de Tokio registró hoy una ligera recaída en una jornada de altibajos, marcada por la inquietud tras los atentados de Bruselas y por la devaluación del yen, una tendencia que favorece a los exportadores nipones.

El índice de referencia Nikkei cerró con un descenso de 47,57 puntos, un 0,28 por ciento, hasta las 17.000,98 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa los valores de la primera sección, retrocedió 5,73 puntos, un 0,42 por ciento, hasta las 1.364,20 unidades.

El parqué tokiota volvió a caer así tras su repunte en la víspera, aunque a lo largo de la jornada se movió entre el terreno positivo y el negativo ante la falta de alicientes que marcaran una tendencia clara.

Los atentados terroristas de la víspera en el aeropuerto bruselense de Zaventem y en la estación de metro de Maelbeek, en pleno barrio europeo de la capital belga, han vuelto a sembrar la desconfianza en los mercados debido a sus posibles consecuencias políticas y económicas, señalaron los analistas locales.

"Los inversores prefieren evitar riesgos tras este tipo de ataques", señaló en este sentido Toshikazu Horiuchi, analista de IwaiCosmo, en declaraciones a la agencia local Kyodo.

Este efecto se notó sobre todo en los títulos relacionados con el sector del transporte y el turismo, como los del consorcio de agencias de viajes H.I.S., que perdieron un 2,3 por ciento, o los de la aerolínea ANA Holdings, que cayeron un 0,5 por ciento.

Los sectores que más pérdidas acumularon fueron los de la maquinaria industrial, la minería y el comercio mayorista.

En el apartado positivo, la nueva devaluación del yen frente al dólar impulsó a los mayores exportadores nipones, como los fabricantes automovilísticos Toyota Motor y Mitsubishi Motors, que ganaron un 0,1 por ciento y un 0,8 por ciento, respectivamente.

En la primera sección, 1.064 valores retrocedieron frente a 733 que avanzaron, mientras que 151 cerraron sin cambios.

El volumen de negocio ascendió a 1,739 billones de yenes (13.831 billones de euros), por debajo de los 2,178 billones de yenes (17.338 millones de euros) de la víspera.