Saber invertir controlando las emociones humanas

Pedro Bermejo, Inés del Molino y Luca Lazzarini analizan cómo la figura de un asesor puede resultar clave en el campo de las finanzas

El Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad (MuVIM) acogió ayer tarde la jornada 'Finanzas y Emociones' organizada por la revista Inversión & Finanzas con el patrocinio de Banco Mediolanum y la colaboración de LAS PROVINCIAS. En las ponencias, dirigida mayoritariamente a los asesores financieros que llenaron la sala, se analizó el impacto de las emociones y el funcionamiento de los mecanismos del cerebro en las decisiones de inversión.

El doctor Pedro Bermejo, experto en neurociencia, explicó en primer lugar cómo funciona el cerebro del inversor; Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders, analizó las expectativas, inversiones y emociones desde un punto de vista conductual; y Luca Lazzarini, formador en Banco Mediolanum, dio las claves de un asesoramiento financiero eficaz. Las tres ponencias estuvieron presentadas por el periodista Vicente Varó, director de Contenidos, Comunicación y Community Management en Finect. Pedro Bermejo, profesor de Neurociencia, neurólogo, investigador y escritor, aseguró que es la ciencia la que explica cómo el cerebro toma las decisiones. «Pasamos toda la vida tomándolas e influyen muchos factores» y subrayó que la resonancia magnética ha supuesto el nacimiento de la neuroeconomía, pues gracias a ella «podemos saber unos segundos antes que la propia persona si va a invertir en un producto o no, según las zonas de su cerebro que active».

El doctor Bermejo incidió en que la base de todo es la neurociencia. «Es importante el equilibrio entre el sistema de recompensa y el sistema de aversión a la pérdida», dijo, pues ambos sistemas están localizados en zonas diferentes del cerebro. «En teoría, cuanto más racional sea una decisión va a ser más acertada, también cuanta más información tengamos y aún mejor si hay una persona que nos asesora», añadió.«La aversión a la pérdida provoca situaciones extrañas puesto que a nuestro cerebro le duele aceptarla». «Luego están las neuronas en espejo, relacionadas con el aprendizaje y que hacen que imitemos las conductas de los demás». Burbujas como la inmobiliaria se generan por esas neuronas en espejo que hacen que compremos sin saber por qué, imitando a los demás. «En el cerebro, la amígdala y la ínsula se relacionan con las sensaciones negativas y las de injusticias», afirmó. «Nuestro cerebro intenta predecir el futuro, algo que no podemos hacer». Y hay, además, «otros factores que influyen en nuestra toma de decisiones como las hormonas, que hacen que hombres y mujeres no tengan la misma memoria emocional.

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