Red Eléctrica, Applus, Indra o Elecnor... empresas españolas en la carrera espacial

En Europa destacan Airbus, Safran o Thales, además de Rolls-Royce o Meggitt

Aunque pueda parecer que el mundo aeroespacial es ajeno a la bolsa española, hay alrededor de media docena de compañías con actividad en este sector del que los analistas destacan sus mayores márgenes. La última empresa en realizar una incursión en el espacio ha sido Red Eléctrica, que se ha hecho con el control de Hispasat, después de que el Gobierno forzara a Abertis a vender la empresa de satélites tras la opa lanzada a medias por ACS y Atlantia. Pero los analistas no valoran bien la operación. Juan Llona, de Imantia, por ejemplo, apunta que de la fusión de Red Eléctrica y de Hispasat no van a aflorar sinergias ni de ingresos ni de costes. Añade que aunque sus negocios van a sumar, no van a generar valor. Ángel Pérez, de Renta 4, coincide y agrega como síntoma que Red Eléctrica lo está haciendo peor este año en bolsa que sus comparables y que el Ibex-35. Pérez apunta que la incorporación de Hispasat cambia algo el perfil de riesgo de Red Eléctrica: de ser percibido como un valor estable y con una recurrente generación de caja pasa a ser visto como una compañía que asume el peligro de que un satélite se caiga o de que un lanzamiento no salga bien. De hecho, apunta que los ratios que está dispuesto a pagar el mercado por la nueva compañía son más bajos. Hispasat va a terminar representando un 10 por ciento de los ingresos del grupo.

Esta historia arranca con una valoración negativa de una operación pero quizás porque no responde a una lógica económica sino a necesidades políticas: un encaje de una empresa «delicada» en otra participada por el Estado. El panorama mejora cuando los expertos hablan de Applus. Pérez señala que su negocio aeroespacial apenas supuso un 3 por ciento de sus ingresos de 2018, pero afirma que la compañía parece tener una apuesta decisiva por esta área, realizando adquisiciones. Esa apuesta obedece a que las compañías están dispuestas a pagar más por las certificaciones (que es a lo que se dedica Applus) del material espacial, lo que implica que es un negocio con márgenes más amplios que otros en los que opera, como los automóviles o la ingeniería ligada al crudo. Toni Cárdenas, de Caja Ingenieros, también destaca el potencial de esta división de Applus: señala que la compañía es un referente en el ámbito aeroespacial. Y añade: «No sólo importa el crecimiento sino también la calidad y la seguridad con la que compañías como Applus ganan relevancia y se aseguran presencia en el proceso de diseño y fabricación». Recuerda que el grupo es proveedor de los principales productores de aeronáutica a nivel mundial, como Airbus, Comac o Safran. En todo caso, Pérez cree que Applus tiene potencial, por la buena marcha de sus otros negocios, hasta los 14,90 euros, en que él sitúa su precio objetivo. Y, con Cárdenas, destaca que cotiza con descuento dada su exposición al sector de petróleo y gas, más volátil. Andrés Bolumburu, de Banco Sabadell, también la tiene con recomendación de compra y destaca de la empresa su crecimiento orgánico, alimentado porque cada vez son mayores los requerimientos de calidad en todos los sectores y a nivel global.

En Indra el negocio de defensa y seguridad supone el 20 por ciento de sus ingresos y, en este área, tiene un capítulo dedicado a la actividad aeroespacial. Bolumburu señala que si bien ésta no es muy relevante (calcula que supone el 4 o el 5 por ciento de los ingresos), resalta que aporta márgenes más altos que otras áreas. Iván San Félix, de Renta 4, afirma que el gran reto de Indra es mantener la buena marcha de sus divisiones de transporte, tráfico y defensa (donde se encuadraría también la aeroespacial), que lo está haciendo muy bien, con contratos buenos y márgenes de doble dígito, y lograr que su antigua división tecnológica, con márgenes más bajos, se reestructure y mejore. De todas maneras, tiene recomendación de mantener. Más positivo es Bolumburu, que aconseja comprar desde los resultados del tercer trimestre, aunque dice que su potencial ahora es más ajustado. Algo menos partidario de Indra es Llona: argumenta que es una empresa con mucha beta, ya que depende de contratos públicos y de la macro. Llona cree que habría tenido sentido haber apostado por ella cuando estaba en proceso de reestructuración. 

Elecnor es una pequeña compañía en la que la actividad relacionada con las 'telecos' y el espacio pesó un 11 por ciento en los ingresos de 2018. Juan Gómez Bada, socio de Avantage Capital, explica que es un conglomerado que se dedica a varios negocios, como el de la construcción, la energía o el aeroespacial. No es una empresa al uso que se centra en una actividad, sino que está continuamente comprando y vendiendo filiales, entrando y saliendo de negocios, en función de las oportunidades que observe, según el momento del ciclo de distintos sectores, dependiendo de la rentabilidad esperada de cada actividad. Así entiende también su apuesta por el negocio aeroespacial. A Bada le gusta por la alineación de los intereses del equipo gestor con los accionistas, porque está barata y por su diversificación. Pero Llona recuerda que su problema es la poca liquidez. 

Opciones en Europa

El negocio de Airbus en el espacio se basa en satélites de observación, aparatos en órbita para dar servicio a sistemas de telecomunicaciones, plataformas de lanzamiento y exploración espacial. En 2018, este negocio supuso un 17,2 por ciento de sus ingresos. El conglomerado europeo gusta a los analistas. De los 31 que forman el consenso de Bloomberg, 26 aconsejan comprar. Las perspectivas para los resultados que publicará el 30 de abril son positivos. Los analistas de Bloomberg Intelligence George Ferguson y François Duflot esperan que sus ingresos, sus beneficios y sus márgenes suban gracias al buen comportamiento de su aviación comercial, aunque también prevén que la división de defensa y aeroespacial sume. Airbus es la favorita del sector para JP Morgan con este argumento: está emergiendo desde un periodo de transición de productos que ha requerido grandes inversiones y, a partir de ahora, entre 2018 y 2021, será capaz de fuertes crecimientos en su beneficio bruto de explotación. Los analistas del Sabadell añaden: «La monetización creciente de los nuevos modelos y la dilución de los factores de incertidumbre deberían devolverle la prima sobre su media histórica por el fuerte crecimiento esperado». Además, avisan de la posibilidad de mejoras de la remuneración a los accionistas. 

Safran, también francesa e involucrada con Airbus en una 'joint venture', está especializada en equipos y sistemas aeroespaciales, sobre todo de motores para cohetes, y de defensa. Todo ello supuso un 50 por ciento del total de sus ingresos de 2018. Y la apuesta por el crecimiento de este negocio sigue. Según Ferguson y Duflot, los ingresos del grupo francés aumentarán un 20 por ciento en el primer trimestre por la incorporación de Zodiac, una aeroespacial americana que compró en 2018. Cuando tenga esta revista en sus manos el grupo ya habrá presentado sus cifras del primer trimestre y, de acuerdo con los expertos de Deutsche Bank, tendrían que haber superado los objetivos de su equipo gestor. Pero los analistas no le son tan favorables como a Airbus. Los expertos de JP Morgan explican algún 'pero': «Safran cumple con sus promesas y es una de las compañías mejor gestionadas del sector aeroespacial y defensa (y cuenta con la mejor cartera de activos en Europa). Pero la guía para 2019 está en línea con el consenso, mientras que las acciones cotizan en máximos y el per a doce meses se encuentra en las 21,5 veces. Creemos que las acciones necesitan un periodo de consolidación». Pero desde el Sabadell matizan que si la empresa tiene unas perspectivas cautas para este año, ésta siempre «mantiene un histórico de prudencia». 

Thales también es francesa y se dedica al diseño y la construcción de sistemas eléctricos aeroespaciales y de defensa. Su división aeroespacial, que es importante proveedora de la Estación Espacial Internacional y de Exomars, explica el 40 por ciento de sus ingresos. Pero su mix de negocio puede verse transformado si tenemos en cuenta su última operación: la compra de Gemalto, líder global en identificación digital y en protección de datos. 

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Los analistas de Deutsche Bank reconocen que la compañía cotiza con prima respecto al sector defensa europeo, pero la ven justificada por su mayor crecimiento orgánico y por la compra de Gemalto. Pero creen que no hay suficientes incentivos para un consejo de compra, por lo que aconsejan mantener, como la mayoría del consenso.

Apuestas británicas

En el Reino Unido, nos quedamos con dos opciones: Rolls-Royce y Meggitt. Aunque identifiquemos a la primera con los coches de lujo, lo cierto es que el negocio aeroespacial, entre civil y militar, supone un 70 por ciento de sus ingresos. Con vistas a las cuentas de este año, Ferguson y Duflot creen que sus ventas y su beneficio operativo crecerán gracias al negocio aeroespacial civil y frente al más débil de defensa, cuyos márgenes sufren debido al programa de inversiones en marcha. El grueso de los analistas (doce, frente a los 21 que forman parte del consenso) aconsejan comprar. Una de las firmas de análisis que recomienda vender es JP Morgan, que explica que los analistas positivos con Rolls-Royce se basan en unos argumentos peligrosos: aunque sus previsiones de beneficio por acción se han reducido, no ha ocurrido lo mismo con las de generación de caja, lo que les lleva a decir que no hay motivo para ser menos optimista con el valor y defienden que el de este grupo es un negocio único, por lo que merece un método de valoración singular. Más positivos son los analistas de Agency Partners: afirman que tienen una confianza creciente en que la compañía saldrá con éxito de sus crisis sucesivas gracias a su pragmática gestión. 

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Meggitt es la más pequeña de este grupo de compañías: sólo capitaliza 4.000 millones de euros. Pero también es la más expuesta al negocio aeroespacial: el 90 por ciento de sus ingresos dependen de él. JP Morgan ha bajado su consejo de comprar a mantener: valora la construcción de una compañía fuerte con un saludable futuro, que haya llegado la recogida de frutos de su proceso de transición de productos entre 2014 y 2018 y su exposición al negocio de defensa de EE.UU., pero le ve el problema de su elevada valoración. De todas formas, dados su tamaño y los nichos tecnológicos en los que opera, JP Morgan no descarta que sea objeto de una opa. 

El universo no acaba aquí. En el negocio aeroespacial europeo incluye además a la italiana Leonardo e incluso a compañías aseguradoras, como AXA, Allianz y la española Mapfre. Aunque los verdaderos gigantes están en EE.UU., con Boeing y Lockheed Martin liderando una gran 'joint venture' con el foco en la versión militar del negocio aeroespacial y con las grandes tecnológicas, como Facebook o Google, también subidas al carro de la exploración del universo.

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