Lo próximo serán los recortes de dividendos

 Una vez vivido el peor mes de bolsa de los últimos diez años, con un desplome del 17% en el[…]

 Una vez vivido el peor mes de bolsa de los últimos diez años, con un desplome del 17% en el Ibex 35, cabe preguntarse y ahora qué. ¿Ha sido excesivo el castigo? ¿Los desplomes han sido irracionales? ¿Es hora de entrar de nuevo? ¿Hay valores baratos o ratios más que atractivos?

Seguro que oirán en los próximos días muchas versiones, todas ellas matizadas a si usted invierte a corto o a largo plazo. Tómenlas todas con prudencia, especialmente la que vengan de los brokers y analistas que, como saben, viven de que usted invierte en bolsa y que este año, como otros mucho, no han dado ni una en sus previsiones.

Dicho eso, lo mejor es auscultar lo que está pasando por ahí fuera para intuir lo que podemos vivir en la bolsa española en el cortísimo plazo. En Estados Unidos y Europa, la advertencia de beneficios han sido una constante en la última semana. Sus consecuencias más inmediatas son bruscos recortes de costes y, aquí viene el problema, rebajas de dividendos.

Esto último tiene especial importancia porque el último argumento para convencer a los ahorradores es que las empresas que más han caído en bolsa presentan unas rentabilidades por dividendo superior al 6, 8% y hasta el 10%, lo cual aparentemente es un chollo, una opción de inversión que bate al mejor depósito.

Pero, y a la historia nos remitimos, no hace falta ser ningún gurú de los mercados para colegir que entre las medidas de ajuste que se tomarán en las empresas españolas será la de ser menos generosos con los accionistas. Ya lo advirtió la semana pasada Banco Santander, cuando respondió con un "ya veremos" a la pregunta de si el próximo año se mantendría el crecimiento del dividendo del 10%.

En BBVA tampoco quisieron concretar y el gobernador del Banco de España sugirió -entiéndalo como una orden- a las entidades financieras retener los beneficios para reforzar la base de capital, muy tocada por la ralentización del negocio recurrente y por la pésima gestión del riesgo. Es decir, que en lugar de repartilos como dividendos los destinen a reservas voluntarias.

Habrá que tener especial atención con aquellas compañías endeudadas hasta las cejas que van a tener problemas muy serios para llegar al fin de mes de sus vencimientos. Estas serán las primeras en meterle mano a los accionistas por tres vías: por el desplome del valor, por futuras ampliaciones de capital (menos beneficio por acción) y por dividendos más exiguos o inexistentes.

Mucha suerte a todos a la hora de distinguir el grano de la paja.

Publicidad
Publicidad
En portada

Noticias de