El vacío de poder en Italia pone en el escaparate sus símbolos empresariales

El vacío político en que entró Italia el día 4, cuando la victoria del 'no' en el referéndum constitucional provocó la caída del Gobierno de Matteo Renzi, está siendo aprovechado por los inversores internacionales para tratar de hacerse con algunas de las joyas empresariales del país

A río revuelto, ganancia de pescadores. El vacío político en que entró Italia el día 4, cuando la victoria del 'no' en el referéndum constitucional provocó la caída del Gobierno de Matteo Renzi, está siendo aprovechado por los inversores internacionales para tratar de hacerse con algunas de las joyas empresariales del país, tradicionalmente protegidas por un Estado que pone grandes trabas cuando algún símbolo de la economía nacional puede acabar en manos extranjeras. Las firmas en peligro de perder la 'italianidad' son Mediaset, el coloso audiovisual fundado y controlado por Silvio Berlusconi, Unicredit y el Monte dei Paschi di Siena (MPS), segundo y tercer banco de la nación.

Para gran preocupación del ex 'Cavaliere', Mediaset está sufriendo una opa hostil por parte de Vivendi, consorcio empresarial francés dirigido por el millonario Vincent Bolloré, que tras dos días de compras masivas en la Bolsa se ha hecho con el 20% del accionariado del grupo italiano, propietario en España de Telecinco y Cuatro. Berlusconi y su familia respondieron adquiriendo igualmente títulos para reforzar su posición: controlan ya el 39%. La situación obligó a intervenir al Gobierno de Paolo Gentiloni, al que la opa hostil de Vivendi ha pillado en pañales. Ayer consiguió el respaldo pleno del Parlamento tras pasar la moción de investidura en el Senado por 169 votos a favor y 99 en contra. El día anterior obtuvo la 'luz verde' en la Cámara de los Diputados.

El ministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, calificó la acción del grupo francés como «escalada hostil» y anunció que no se quedará cruzado de brazos ante la operación. «Las inversiones extranjeras son siempre bienvenidas cuando aportan capital de crecimiento y competencia», pero estos intentos por hacerse con Mediaset por parte de Vivendi no parecen "el modo más apropiado de proceder para reforzar su presencia en Italia", comentó. Berlusconi, por su parte, recordó que las compañías estuvieron hace unos meses a punto de cerrar un acuerdo "beneficiario para ambas" que al final no prosperó y aseguró que su familia no tiene "ninguna intención de dejar que nadie trate de redimensionar nuestro papel como empresarios". El presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, hombre de confianza del ex 'Cavaliere', calificó incluso de "adversario insidioso" a Vivendi y anunció que le ha demandado ante la Justicia italiana por posible manipulación de mercado. "Habrá que estar atento a lo que ocurre en los pasillos", comentó Confalonieri, dejando claro el peso que la política puede tener en la resolución de este contencioso empresarial.

También los posibles nuevos dueños de Unicredit vienen de Francia. La segunda entidad financiera italiana es objeto de deseo de Société Générale, que esta semana se ha hecho con su filial de gestión de fondos Pioneer Investments por 3.545 millones de euros a través de la sociedad de inversión francesa Amundi. Pioneer gestiona 222.000 millones euros, en buena parte pertenecientes a ahorradores particulares italianos. Los analistas han advertido de las repercusiones que tiene que a partir de ahora las decisiones sobre inversiones en Italia se tomen en París y no en Milán. También puede pesar en la compra de deuda pública transalpina.

La situación del MPS es más desesperada. El tercer banco del país está al borde de la ruina por la acumulación de créditos tóxicos y busca un comprador que evite el salvamento estatal. Un fondo de inversión de Catar y el magnate estadounidense George Soros parecen interesados en hacerse con el control del instituto financiero más antiguo del mundo.

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