El 4% del PIB, en manos de los fondos soberanos extranjeros
De los 39.500 millones invertidos en firmas españolas desde 2007, Noruega, Emiratos Árabes y Canadá lideran estas operaciones.
Vecinos europeos como Noruega, aliados energéticos de la categoría de Catar, pero también economías antagónicas como la de Singapur pueden determinan el rumbo de numerosas empresas españolas en las que mantienen una parte de su accionariado. Hasta mediados del año pasado, la cartera agregada de los fondos soberanos, planes de pensiones estatales y empresas públicas extranjeras superaba los 39.500 millones de euros en España. Es decir, como mínimo, un 4% del Producto Interior Bruto (PIB) depende de estos vehículos inversión que se encuentran bajo el control de sus gobernantes.
El país que ha apostado con mayor énfasis por las corporaciones españolas ha sido Noruega. Su fondo estatal de jubilación ha destinado 15.733 millones en adquisiciones, según apuntan fuentes del mercado. También lo ha hecho en deuda pública, donde ostenta 6.232 millones. Entre los 10 valores más importantes del Ibex, acapara 5.692 millones en firmas como Santander, Telefónica, Repsol o Inditex. Por detrás se sitúan las posiciones tomadas por Emiratos Árabes Unidos (4.400 millones), Canadá (3.900), China (2.600) y Singapur (1.800). Entre los cinco acumulan cerca de 30.000 millones, casi un 3% del PIB.
Estos fondos soberanos han aprovechado la crisis económica para adentrarse en numerosas corporaciones, sobre todo inmobiliarias y de infraestructuras. El volumen inyectado «ha alcanzado en este periodo los 16.000 millones», explica José Carlos García de Quevedo, director ejecutivo de ICEX-Invest in Spain. El año pasado entraron 4.594 millones, un 70% más que en 2014, según el informe 'Fondos Soberanos' elaborado por el ICEX, KPMG y ESADE. De esa cantidad, casi 1.500 llegaron desde Kuwait, cuyo fondo compró el 40% de E.on o el 25% de una filial de Gas Natural Fenosa. El de Singapur destinó 770 millones (Santander, Gmp, Applus o Euskaltel fueron sus objetivos); Catar, más de 700 millones (Colonial, entre otros); y los Emiratos, 567 millones, con Aena como protagonista.
Entre las principales operaciones materializadas en los cinco últimos años se encuentra la adquisición del 53% de Cepsa por parte de IPIC; la compra del 6,1% de Iberdrola desde Catar; o el 5% de la división aeroportuaria de Heathrow de Ferrovial. Ante esta evolución, Fernando García Ferrer, socio responsable de Mercados y Private Equity de KPMG en España, explica que también «se han registrado importantes operaciones con fondos asiáticos, destacando los de Singapur, China y Malasia».
La economía española «se ha convertido en un polo de atracción en muchos sectores, sobre todo el inmobiliario y en infraestructuras, tras el 'boom'», explica Enrique Verdeguer, director de ESADE Madrid. Este experto apunta que «el foco de los inversores extranjeros también se está centrando en el sector energético». Por su parte, Fernando García Ferrer afirma que «ya no sólo se centran en sectores tradicionales, sino también en otros como el tecnológico, industrial o minero». Además, este experto apunta que «se puede hablar de un creciente interés por empresas de tamaño más intermedio frente a las tradicionales inversiones en grandes empresas».
Sin embargo, la parálisis política que vive España desde las elecciones generales del mes de diciembre se está dejando notar. En principio, las estadísticas, actualizadas hasta septiembre, muestran la misma pujanza que durante la primera parte de 2015. «Ningún inversor duda que, salga el Gobierno que salga, haya o no elecciones, no se pondrá en duda, por ejemplo, la pertenencia a la Unión Europea», afirma José Carlos García de Quevedo. Sin embargo, Enrique Verdeguer recuerda que las operaciones de los fondos soberanos «suelen materializarse a los dos años de plantearlas». Es decir, que ahora se ponen en marcha los procesos iniciados en 2014. De hecho, este profesor admite que «el elemento de incertidumbre no está ayudando nada en la toma de decisiones, que se están ralentizado».
Aunque las inversiones de estas firmas estatales supone la entrada de financiación para la economía española, sobre todo con vistas a largo plazo, Enrique Verdeguer también reconoce que «pueden generar vulnerabilidad» allí donde invierten, como en el caso español, «porque lo hacen con volúmenes de capital muy elevados». Un país como Noruega «puede llegar a debilitarnos», indica este profesor, dependiendo de los intereses que tenga en cada momento.