Donald Trump hereda una sólida economía con tipos de interés en alza
EEUU cierra 2016 con una notable consolidación de su mejoría económica, el desempleo en mínimos y la inflación en alza,[…]
EEUU cierra 2016 con una notable consolidación de su mejoría económica, el desempleo en mínimos y la inflación en alza, y culmina con la subida de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) en su última reunión y la incertidumbre sobre el programa del presidente electo, Donald Trump.
Aunque los fundamentos macroeconómicos muestran solidez, la gran incógnita ahora se centra en la agenda política del presidente electo de EEUU, el republicano Donald Trump, que sorprendió con su victoria en las elecciones presidenciales de noviembre frente a la favorita, la demócrata Hillary Clinton.
La tasa de desempleo se encuentra en el nivel más bajo desde 2007, el 4,6 %; la economía ha registrado un ritmo anual de crecimiento del 3,2 % en el tercer trimestre del año y la inflación interanual está en una tasa interanual del 1,7 %, cerca de la meta anual de la Fed del 2 %.
Asimismo, el dólar ha experimentado una sostenida apreciación desde mediados de 2014, y se halla en máximos de los últimos 14 años.
Los economistas advierten, incluso, de la posibilidad de que el dólar alcance la paridad con el euro a lo largo del próximo año.
Si bien la fortaleza del dólar es muestra de la buena salud económica, también supone un obstáculo para los exportadores estadounidenses que ven cómo se encarecen sus productos en el extranjero.
Por su parte, el presidente electo ha calificado en reiteradas ocasiones las políticas económicas del presidente Barack Obama como "catastróficas".
Trump ha prometido un enorme estímulo fiscal a través de un multimillonario plan de inversión en infraestructuras, "el mayor recorte de impuestos desde el presidente Ronald Reagan" en la década de 1980 y el regreso de la brújula del proteccionismo comercial.
Este plan, según Olivier Blanchard, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), es la receta perfecta para provocar un sobrecalentamiento de la economía.
"Habrá más gasto y mayores déficits, lo que en una economía que ya opera cerca de su potencial, provocará mayor inflación" y esto, dijo en su blog del centro de estudios Peterson Institute de Washington, a su vez "llevará a la Fed a reaccionar elevando los tipos de interés más rápido de lo esperado antes de las elecciones".
El primer ajuste monetario, precisamente, se dio esta semana al término de la última reunión del año del banco central estadounidense, al subir los tipos un cuarto de punto, hasta el rango del 0,50 % y el 0,75 %.
"Es un voto de confianza en los progresos de la economía", aseguró en rueda de prensa Janet Yellen, presidenta de la Fed designada por Obama y cuyo mandato concluye a comienzos de 2018.
Se trata de la primera subida de tipos del año -la anterior se produjo en diciembre de 2015- y la segunda en una década, después de que el banco central rebajase el precio del dinero y lo mantuviese cerca del 0 % en 2008 para hacer frente a la aguda crisis financiera, la mayor de EEUU en 80 años.
Para Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan Chase, el anuncio del banco central "es un claro reconocimiento al saneamiento en el mercado laboral, y de que el crecimiento económico parece bastante resistente".
Los mercados financieros, que habían descontado en gran medida este ajuste monetario, se mostraron sorprendidos al ver cómo los miembros de la Fed anticipaban un mayor ritmo en el alza de tipos de interés.
En su cuadro macroeconómico, pronosticaron tres subidas de tipos en 2017, frente a las 2 previstas en septiembre, antes de la victoria de Trump en las elecciones presidenciales.
El magnate neoyorquino, que se ha referido a sí mismo como "una persona de bajos tipos de interés", en referencia a su dominio del mercado de deuda, deberá ahora gestionar una economía en la que el rumbo del precio del dinero se encuentra en una senda alcista.
Como consecuencia, el tira y afloja entre la Fed y la Casa Blanca marcará el próximo año.