IBEX 35. La fusión Caixabank-Bankia crea un banco ‘pro’ dividendo

La dependencia de estos pagos de la Fundación Bancaria La Caixa, que controla Criteria, y también del FROB debería permitir una política atractiva una vez el BCE levante sus restricciones

La fusión de Caixabank-Bankia no debería crear suspicacias entre sus principales accionistas al respecto del dividendo, ya que tanto Criteria, como el FROB, los necesitan. El holding de inversiones de Fundación Bancaria La Caixa es dependiente de estos pagos, con los que financia la obra social de la antigua caja catalana. Para el Estado, es una parte de obtener lo perdido con la crisis.

Lo que ya no está tan claro es cuándo el nuevo banco comenzará a poder pagarlos; ya que está a expensas del Banco Central Europeo (BCE) y también de los costes de la futura reestructuración, que podría ser significativa y tener efectos en los resultados durante años.

El BCE instó a las entidades europeas a suprimir el dividendo. En primera instancia lo recomendó hasta octubre y en una segunda comunicación lo ha ampliado al menos a 2021.

El responsable monetario de los bancos de la zona del euro solicitó a la banca que el importe ahorrado con la retribución al accionista de destinase a proteger la solvencia y capital de las entidades, así como a ofrecer mayor volumen de crédito a empresas y particulares para afrontar la crisis.

Caixabank defiende su dividendo

La mayoría de las entidades se plegaron ante la decisión, aunque algunas como el Banco Santander anunció tras los resultados semestrales que lo pagará en acciones y otras como Bankinter aplazan la decisión final a octubre, con motivo de los resultados de los primeros nueve meses del curso.

Desde el sector se apunta que la suspensión de dividendos no puede ser un “café para todos” y que no se puede “meter en el mismo saco” a todos los bancos. Entidades como el Banco Santander pide que no se compare el tamaño y capacidades de su grupo con otros de menos calado.

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Por su parte, Caixabank se resistió a la petición del organismo dirigido por Christine Lagarde y optó por recortar el dividendo en efectivo al 30% del beneficio neto, en lugar de ser superior al 50% como era hasta la fecha.

La fusión podría reforzar la retribución

La operación cambia el escenario pues de las sinergias que lograrían al crearse la nueva entidad cumplirían con los principales puntos que el BCE quiere que posean las entidades para retornar a la retribución al accionista.

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La nueva entidad sería el mayor banco de España por balance al llegar a los 650.000 millones, el ROE se posicionaría como el más elevado del sector en el país hasta tocar el 6% y la reducción de costes aumentaría la solvencia y liquidez.

Bankia ya disparó su solvencia a cierre del semestre al mejorar el CET 1 “fully loaded”, la ratio de capital de máxima calidad, en 100 puntos básicos, hasta el 13,95% siendo el mejor de toda España.

Caixabank registró hasta junio su mayor volumen de negocio desde la creación del banco al elevar la partida de créditos y recursos hasta los 643.631 millones de euros y logró superar por primera vez los 100.000 millones de euros en activos líquidos totales, 17.000 millones más que hace un año.

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Fainé y el Estado, los mayores interesados

Isidro Fainé, como presidente del mayor accionista de Caixabank (Criteria) y de Fundación “la Caixa” es el primer interesado en contar con un ‘pay out’ potente para las arcas de ambas.

Fainé buscará el mejor trato posible para los intereses de la Fundación y Criteria, el cual pasa porque esta última logre el control del nuevo grupo con una posición del 30%.

Enfrente está el Gobierno de Pedro Sánchez. El presidente valora positivamente la operación. Detrás de su optimismo está una posición de relevancia como segundo accionista con un 15% del capital social.

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La fórmula del dividendo sería un modo de compensar la inyección del Estado a Bankia de 24.000 millones de euros. Siendo muy complejos de recuperar, un dividendo potente a una participación del 15% supondría una gran inyección a las cuentas nacionales.

Además, sobre la mesa está el dividendo extraordinario de Bankia de 2.500 millones que el plan estratégico diseñado por el equipo de José Ignacio Goirigolzarri prometió para este curso.

El Covid-19 paralizó el pago y antes de la pandemia el banco reconoció que no cumpliría con el objetivo de 1.600 millones de euros de beneficio a la conclusión del plan este curso.

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