ACS paga un sobreprecio del 18% para deshacer el entuerto de Cimic

ACS soporta múltiplos caros en la opa sobre Cimic, primer paso para la reorganización del grupo

ACS tirará la casa por la ventana para imprimir un nuevo rumbo en Cimic. Los 1.000 millones de euros que la constructora ha puesto sobre la mesa para excluir a la compañía del mercado y tener las manos libres en la reorganización suponen un fuerte sobrecoste.

Hundida en mínimos bursátiles de diez años, el mercado esperaba en cierta medida este movimiento que en teoría resta algo de presión sobre las valoraciones de los analistas.

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El efecto inmediato sobre la cotización de Cimic fue una subida del 33 por ciento en bolsa, hasta los 22 dólares australianos, justo la prima ofrecida por ACS. Una última traca alcista para un valor acostumbrado a ir a remolque.

La aventura australiana nunca dio alegrías a Florentino Pérez, ni siquiera bajo los mandos de Juan Santamaría, el ejecutivo que suena como futuro consejero delegado de la constructora.

La factura extra para ACS

La resolución del entuerto australiano dejó desconcertados a los analistas, no tanto por la noticia de la opa, que en cierta medida se esperaba, sino por el alto coste asumido por ACS.

“Bajo nuestro punto de vista, ha pagado un sobreprecio del 18 por ciento respecto a la valoración media del mercado”, dijo Alfonso de Gregorio, gestor de Finacess Value, en el podcast de mercados de finanzas.com.

En este sentido, Juan Tuesta, analista de Bankinter, explicó que “el múltiplo pagado en la operación es elevado”.

Según sus propios cálculos, el precio supone un PER estimado para 2022 de 15,7 veces, mientras que Hochtief y ACS cotizan con un PER de 8,8 veces y 12,3 veces respectivamente.

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Es decir, por Cimic se están pagando 15 veces los beneficios que genera el grupo, casi el doble que las 8 veces de Hochtief, la empresa compradora y también por las 12,3 veces de la propia ACS.

"Cuando hay esta diferencias de múltiplos tan elevada es porque ACS quiere a toda costa que triunfe la opa", explicaron a finanzas.com en fuentes de un 'family office' con sede en Madrid.

El encaje estratégico

Lo cierto es que el sobreprecio de ACS se entiende en el mercado como el paso previo a la reordenación estratégica de todos los negocios.

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De entrada, el movimiento de la opa “puede tener sentido estratégico en la medida en que disminuyen el descuento por holding y se simplifica la estructura organizativa”, dijo de Gregorio.

En este sentido, la adquisición de Cimic y su posterior exclusión del mercado responde al interés de ACS de “simplificar su estructura societaria”, dijo Alfredo del Cerro, analista en Banco Sabadell.

Es más, con la exclusión de Cimic, la constructora española evita tener cotizando una empresa con poca liquidez y sin tracción bursátil, pero obligada a ofrecer información trimestral, que además lastra la valoración de toda la compañía.

Lograr una mayor valoración del grupo ACS tiene todo el sentido estratégico como paso a la reorientación del negocio.

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De hecho, el movimiento estratégico no se acaba de entender muy bien a no ser que Hotchtief integre toda la parte de construcción del grupo, incluyendo a Cimic, mientras que ACS concentraría la división de concesiones, con Abertis como joya de la corona, además de Atlantia.

Más presión para exigir más visibilidad

Con todo, el mercado espera más noticias sobre el destino de los 5.000 millones que ACS recibió por la venta de su división de servicios industriales a Vinci. De esta cifra, 1.000 millones servirían para sacar a Cimic del mercado.

Con el resto se esperaba la recompra de los minoritarios de Hochtief y Atlantia, lo que habría supuesto unos 2.500 millones. Ahora, el grupo tendrá que dar más detalles al mercado.

“Quizás suponga más presión para que haya más visibilidad sobre el destino de los fondos obtenidos tras la venta” de los servicios industriales, opinó de Gregorio.  

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