La CSU bávara propone dar prioridad a los inmigrantes cristianos

El año electoral avanza ya en el calendario y urge a los conservadores alemanes dar una imagen de unidad, pero[…]

El año electoral avanza ya en el calendario y urge a los conservadores alemanes dar una imagen de unidad, pero los socialcristianos de Baviera (CSU) exigen a Merkel un catálogo de condiciones en materia de política de refugiados para escenificar la reconciliación. «En el futuro, la prioridad debe ser otorgada a los inmigrantes de nuestra cultura occidental y cristiana», reza el documento elaborado en Múnich de cara a una reunión que celebrará la cúpula del partido este fin de semana y en el que se descarta la estrategia europea en materia de inmigración: «cada Estado debe decidir por sí mismo a quién recibe, no los inmigrantes».

Los socialcristianos, liderados por Horst Seehofer y que han resultado la gran oposición a la política de refugiados de Merkel, establecen como línea roja la cifra de 200.000 refugiados al año. No aceptarán una política de acogida sin limitaciones de cupo y exigen que sea abolida la doble nacionalidad y que se aceleren las deportaciones de los solicitantes a quienes se denegó el asilo. Además piden al gobierno la creación de «zonas de tránsito» a lo largo de la frontera alemana, algo que vienen solicitando desde el año pasado, para impedir el ingreso de quienes no cumplan los requisitos para solicitar asilo.

La canciller ha rechazado hasta ahora la idea de los cupos por considerarlos contrarios a la Constitución alemana, pero la prueba de que Merkel está dispuesta a hacer algún tipo de concesiones es que en la sesión plenaria del Bundestag de ayer la canciller alemana repitió varias veces, haciéndola suya, una consigna que aparece en este documento: «Alemania tiene que seguir siendo Alemania». «Estamos en contra de que nuestro país abierto al mundo se transforme por la inmigración o los flujos de refugiados. No somos nosotros los que debemos adaptarnos a los inmigrantes sino al revés», afirma el documento de la CSU.

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Uno de los asuntos más visibles es el uso del burka, calificado por la CSU como «un uniforme del islamismo». «Quien no esté dispuesta a prescindir del burka y del niqab debería buscarse otro país para vivir», consta en el documento que será sometido a la votación en Múnich, que exige que «el velo no sea aceptado ni en la administración pública ni en la justicia».

La CSU se considera, además, «el único partido que ha mantenido una posición sensata y coherente desde el inicio de la crisis» y que el resto de los partidos y sus posiciones, «se han visto sobrepasados por la realidad».

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