El aviso de los vecinos del fugado en Cantabria: «No puede ver a la Guardia Civil»
Ayer no se hablaba de otra cosa en Turieno, un pequeño pueblo enclavado en la comarca cántabra de Liébana, a[…]
Ayer no se hablaba de otra cosa en Turieno, un pequeño pueblo enclavado en la comarca cántabra de Liébana, a los pies de Picos de Europa. Ni dejará de hacerse en mucho tiempo, pues hay que remontarse casi medio siglo para encontrar un suceso similar. Uno de los cerca de cien habitantes de la localidad, perteneciente al municipio de Camaleño, se fugó a primera hora de la vivienda de sus padres, en la que había permanecido atrincherado cerca de doce horas, desde la noche del martes, cuando inició un tiroteó con los agentes desplazados al lugar que se prolongó toda la madrugada.
Durante el fuego cruzado entre Luciano José Simón Gómez, de 58 años, y la Benemérita -a la que él mismo había llamado tras una discusión con su hermano y a la que recibió «a tiros»- uno de los efectivos resultó herido leve, al recibir un disparo -con un arma larga, tipo escopeta- en el pie, por lo que fue trasladado a la clínica de Mompía, en Santa Cruz de Bezana. De 49 años y miembro de una unidad especial de Santander, fue operado anoche y evoluciona favorablemente de las lesiones.
Aprovechando el momento de confusión generado a raíz de ese alcance, el protagonista huyó. No se sabe muy bien cómo ni por dónde, pero el dispositivo desplegado inicialmente se vio fuertemente incrementado con el paso de las horas hasta el punto de que más de un centenar de agentes, de diversas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, procedentes de la zona, del resto de la Comunidad e incluso de otros puntos del país, buscaban por tierra y aire al fugitivo, conocido por sus problemas de adición y trapicheos. Además de por tráfico de drogas, tenía antecedentes por lesiones, atentado a agente de la autoridad y robo con violencia, y carecía de licencia de armas. Pese a su historial, nunca había pasado nada que hiciera pensar que podía suceder lo ocurrido, admitía el alcalde de Camaleño, Óscar Casares.
Catalogado como «extremadamente peligroso», las autoridades policiales recomendaron a la población de la comarca lebaniega -así como a turistas y senderistas- evitar ir a los montes que rodean el término municipal, a los que creen que huyó Luciano Simón para ocultarse tras el fuego cruzado con los agentes. Y se supone que está armado, pues no se halló en el registro de la vivienda la escopeta con la que disparó a los efectivos que acordonaban y rodeaban la zona de los hechos. Y en caso de un encuentro fortuito, se aconseja no hablar ni contactar con él, y avisar de inmediato al 062 ó 112.
Durante la noche se vivieron momentos de tensión e incertidumbre, marcados por el sonido de los disparos, que dejaron huellas visibles en la fachada, paredes y muros de la casa. Los vecinos no pudieron salir de las suyas y la Guardia Civil pidió al Ayuntamiento que apagara el alumbrado público para proteger a los agentes ante los disparos. Por el día, ya con libertad para circular por la calle, los habitantes de Turieno seguían con preocupación los hechos, inéditos en este tranquilo valle, después de que su protagonista lograra escabullirse en medio de un fuerte cordón policial.
Pese a la ausencia de resultados en las labores de búsqueda -difíciles, pues son montes tapizados por bosques muy frondosos- efectuadas durante el día, el dispositivo continúa. «No se va a descansar», avisó el delegado de Gobierno, Pablo Zuloaga.
Mientras, tras toda una «noche escuchando 'pim'-'pam'», los lebaniegos iban encajando lo sucedido con su vecino, que «no es mal paisano», aseguró uno de ellos a ABC. «Nunca ha hecho mal a nadie», insistió este lugareño, para asegurar que él no tiene miedo porque Luciano Simón «no es peligroso, todo lo contrario» y el «problema» que tiene -explicó- es que «no puede ver» a la Guardia Civil. Por eso, «antes de entregarse, se pega un tiro», vaticinó sobre el posible desenlace de este suceso.