Acciones del sector financiero: la patata caliente que todos quieren

Sus atractivas valoraciones, la mejoría del ciclo de crédito y, sobre todo, la reversión de la tendencia en los tipos de interés ante la llegada de la inflación -sin olvidar sus fundamentales y crecientes perspectivas de beneficios-, están haciendo que gestores y analistas vuelvan la vista hacia el sector financiero como un foco clave de oportunidades a la hora de invertir en bolsa.

Durante los últimos años, la renta variable del sector financiero ha sido un activo a evitar. Una patata caliente que solo unos pocos se atrevían a tocar. Pero sus atractivas valoraciones, la mejoría del ciclo de crédito y, sobre todo, la reversión de la tendencia en los tipos de interés ante la llegada de la inflación -sin olvidar los fundamentales de la industria- están haciendo que gestores y analistas vuelvan la vista hacia el sector financiero como un foco clave de oportunidades a la hora de invertir en bolsa.

Entre los nacionales, Alfonso de Gregorio, director de Gestión de Gesconsult, ha puesto el ojo en este sector, motivado por la calidad del balance de ciertos bancos y la potencial rentabilidad de la cuenta de resultados, siempre de forma selectiva: «En julio de 2016 vimos un punto de inflexión en renta fija en cuanto a tipos de interés. Desde mediados de julio, los tipos se han ido moviendo gradualmente al alza y eso es beneficioso para la banca y las aseguradoras», explica. 

Una postura que coincide con la de muchas gestoras internacionales. En BlackRock, Richard Turnill, director Mundial de Estrategia de Inversión, cree que la renta variable del mundo desarrollado será un activo que se revalorizará este año y habla del sector financiero entre sus principales apuestas: «Nos gustan los bancos regionales de EE.UU., firmas de salud de forma selectiva y firmas capaces de expandir sus dividendos en el tiempo», comenta. Desde Fidelity, Sotiris Boutsis, gestor del fondo Global Financial Services, cree que el sector saldrá vencedor de un entorno de reflación: «El sector financiero se ha beneficiado de una oleada de optimismo acerca de las expectativas de una mayor inflación y tipos de interés, una mejora económica, menores presiones en los márgenes, una regulación menos onerosa e impuestos más bajos en EE.UU.» Tras un fuerte rally, sin embargo, cree que estamos entrando en un periodo en el que la selección de valores se vuelve más importante en esta industria.

«Es peligroso estar negativo en bancos: vemos condiciones para un mayor crecimiento y mayores márgenes en Europa», decía Nicolas Walewski, de Alken, durante una reciente visita a Madrid, en la misma línea que Mark Denham, responsable de renta variable europea de Carmignac: «El alza de los tipos y de las expectativas de inflación hace que los bancos protagonicen un buen comportamiento frente a la mayoría de sectores. Dado que consideramos que la inflación subyacente es más elevada de lo que los tipos reflejan, estimamos poco aconsejable estar fuera a corto plazo», dice, si bien no apuesta claramente por ninguna entidad y tiene exposición a través de derivados sobre la banca de la zona euro.

Paul Vrouwes, gestor senior de NN IP, cree que las valoraciones permanecen atractivas gracias a las mayores expectativas de crecimiento y subidas de tipos: «El sector cotiza con un descuento significativo con respecto al mercado. El ciclo de QE y el marco macro también apoyan», dice. En su opinión, «la calidad de los activos ya no será un problema clave (con excepción de los créditos ligados a las materias primas) pero la selección será cada vez más determinante», y apuesta por franquicias bien capitalizadas que generen retornos por encima del coste de capital, como protección ante el mercado y la regulación. Defiende las firmas con planes de reestructuración y con un dividendo por encima de la media, seguro y en crecimiento.

Mayores beneficios 

El entorno es favorable pero, para ver subidas, se necesitan catalizadores, dicen los expertos: «Para que los precios de las entidades financieras sigan creciendo se necesita una mejora de las estimaciones de beneficios», dice Anabel Laín, gestora del Fondo Ibercaja Financiero, recordando que la subida de tipos no es el único factor positivo para los beneficios. «Por un lado, la regulación no va a seguir presionando a los bancos con mayores necesidades de capital; por otro, el gasto en infraestructuras prometido por Trump va a impulsar el crédito. Y la reforma fiscal permitirá reducir los impuestos al sector empresarial en EE.UU.», explica. 

Por eso cree que los analistas van a ir subiendo las estimaciones de beneficios de los bancos para 2018 a lo largo de este año, a medida que se vayan materializando estos catalizadores, algo que hará mejorar las valoraciones. «Si recogemos ya las ganancias acumuladas en el sector financiero, probablemente nos perdamos el siguiente impulso alcista en la banca», añade.

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El efecto positivo de tipos... sobre todo en Europa

Pero el aspecto clave para el atractivo del sector financiero son los tipos. «La subida de tipos de la Fed va a ser uno de los catalizadores positivos para el sector bancario americano. Su sensibilidad es menor que la de los bancos europeos, especialmente los de la periferia, cuyo activo crediticio está concedido principalmente a tipos variables», dice Laín. «Los bancos españoles, italianos y alemanes son los más sensibles a las tasas más altas», coincide Luis Peña, gestor del Tordesillas European Financial Opportunities, de Fidentiis.

«El sector bancario es uno de los beneficiados del cambio de expectativas en las tasas y la subida de las pendientes de las curvas. Tras varios años con los tipos a la baja, se estaba descontando un escenario de «japonización» y eso llevaba a ROEs del 5-6 por ciento en los bancos y valoraciones del sector cercanas a las de Japón. La mera esperanza de que los tipos y la inflación recuperen algo de normalidad hace resucitar al sector desde verano», comenta Alejandro Mínguez, gestor del Bankinter Sector Finanzas, en la gestora de Bankinter. «Los ROEs esperados todavía no llegan al 10%, pero la sensibilidad de los beneficios a una subida del Euribor del 1 por ciento, puede llevar a incrementos de beneficios del 15 por ciento». 

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¿Dónde hay oportunidades?

Debido a esa mayor sensibilidad a los tipos y también a los precios, y aunque las oportunidades están en todo el mundo, los expertos apuntan más bien a Europa. «El sector financiero ha subido con fuerza desde la elección de Trump. En EE.UU. lleva una revalorización superior a un 30 por ciento hasta el momento actual. En Europa no tanto, pero ya casi alcanza una subida del 20 por ciento», recuerda Laín. Tras esta subida, explica, los grandes bancos en EE.UU. están cotizando cerca de su media histórica, mientras en Europa las valoraciones son más atractivas. Y los flujos acompañan en el Viejo Continente: «Por su mayor atractivo en precio, en los últimos dos meses se están viendo ya flujos de entrada de inversores americanos en los bancos europeos, de los que han estado completamente fuera durante mucho tiempo», añade.

Aunque las subidas de tipos tardarán más en llegar a Europa, y el BCE aún está en modo QE, Mínguez estima que para la segunda mitad de año, Draghi podría comenzar a reducir las compras de bonos y ése sería el preludio de la normalización también en la zona euro.
En EE.UU...

James Cook, gestor del JPM Global Financials, en JP Morgan AM, considera que el sector financiero sigue siendo atractivo «tanto desde un punto de vista de timing como de valoraciones, pero matiza la importancia de ser selectivo y prefiere con claridad EE.UU. En su opinión, hay claros beneficiarios de la reflación y por eso sobrepondera las financieras en EE.UU. mientras habla de áreas de preocupación en Europa, donde algunos balances aún no han sido reparados y los niveles de deuda no han bajado en la misma medida que al otro lado del Atlántico. El gestor cree que, entre otros factores, Trump es un catalizador clave, al apostar por la desregulación, que reduce los cargos de capital para los bancos y los costes regulatorios, que se han incrementado con fuerza en la última década: «El principal beneficiario de la desregulación debería ser el sector más regulado, las financieras». El recorte de impuestos y el plan de infraestructuras de Trump (que tendrá impacto en los salarios, la inflación y resultará en un empinamiento de la curva a 10 años, positivo para los bancos) son factores añadidos.
Paul Schenk, analista de valores financieros globales en Newton, parte de BNY Mellon, explica que, pese al entusiasmo que suscita el sector, ellos son reacios a participar en la euforia, al considerar que muchas acciones bancarias estadounidenses son relativamente poco atractivas. Obstáculos como la «carga de deuda» o la «intervención gubernamental», dice, «continuarán dominando el panorama de rentabilidad, a pesar del optimismo a corto plazo». Porque, aunque la subida de los tipos de interés podría conducir a una mejora de los márgenes de intereses netos en el corto plazo, la industria bancaria estadounidense está todavía muy fragmentada. El experto se pregunta en qué medida las medidas positivas para el sector (subidas de tipos, recorte de impuestos...) están ya reflejadas en los precios.

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