Rajoy, «abierto» a modificar el Estatuto de los Trabajadores por las 'Kellys'
El colectivo de camareras de piso exige prohibir que la actividad principal de un hotel se externalice, lo que hace más precario su trabajo y reduce su sueldo hasta un 40%
«Camarera de piso significa correr ocho horas sin parar», explica Adriana que, a sus 55 años, sigue sin lograr un contrato fijo pese a llevar hasta 14 trabajando de 'Kelly' (el acrónimo que ellas mismas se han puesto por 'las que limpian') y admite que incluso tiene «miedo» a no poder jubilarse. Este jueves dejó por un día el «estrés» que soporta en su actividad diaria en un hotel -que en ocasiones no le permite ni parar para comer ni ir al baño- para venir de Baleares a Madrid a «luchar por sus derechos». Quiso estar al lado de las cinco compañeras que fueron recibidas en el Palacio de la Moncloa por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El resultado de esta reunión -que rompió cualquier protocolo al durar dos horas frente a los 40 minutos previstos- fue «muy positivo», según las representantes de este colectivo de limpiadoras de habitaciones de hotel, que salieron «bastante satisfechas» del resultado obtenido como explicaron en una rueda posterior celebrada en el Senado. Allí anunciaron que el presidente se mostró «abierto» a modificar el artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores y también a ampliar el catálogo de enfermedades profesionales, dos de las principales reivindicaciones de este colectivo.
«Queremos que se modifique el Estatuto de los Trabajadores porque la externalización nos está matando vivas», aseguró Ángela Muñoz, vicepresidenta de la Asociación de las Kellys, que prometió que esta lucha «va a seguir» hasta que les den «soluciones». Reclaman que se introduzca en el artículo 42.1 -que solo obliga a las empresas que subcontraten a que estén al día en los pagos a la Seguridad Social- la prohibición expresa de externalizar la actividad principal del negocio, algo que a Rajoy «le ha parecido bastante coherente». El PSOE ya presentó una proposición de ley para modificar ese punto del Estatuto -se debatirá el próximo día 17 en el Pleno del Congreso-, pero no les satisface porque no incluye dicha petición y creen que los socialistas «se quedan cortos».
Su queja principal es que si los hoteles 'venden' habitaciones limpias, la limpieza es una actividad principal y no se puede, por tanto, subcontratar con una empresa externa, al igual que no se hace con la recepción del hotel o con los camareros. «¿Por qué sí con un colectivo mayoritariamente de mujeres?», se preguntaron. Y una y otra vez denunciaron que la externalización que se ha llevado a cabo con la reforma laboral les ha llevado a precarizar más un trabajo ya de por sí precario, como lo confirma el hecho de que los sueldos de las camareras de piso se rebajen hasta un 40% si dependen de una subcontrata (de cobrar entre 1.100 y 1.200 euros al mes se rebajaría sus emolumentos al entorno de los 600 euros).
Además, Rajoy se mostró también «dispuesto» a ampliar el marco de enfermedades laborales, aunque las portavoces admitieron que estuvo «más sensibilizado» a incorporar las enfermedades musculoesqueléticas y «menos receptivo» con las psicosociales, que incluirían problemas como la ansiedad y el estrés, muy presentes en este colectivo. «A nosotras de nuestras enfermedades nos dicen que son degenerativas y a mí mi madre me parió sana, no enferma», se quejaba una de las decenas de limpiadoras de hotel que este jueves se dieron cita en el Congreso.
Desde La Moncloa, no obstante, evitaron abundar en explicaciones sobre la reunión y se limitaron a enviar un comunicado donde anunciaban de forma sucinta que el presidente «se ha comprometido firmemente a estudiar sus peticiones e impulsar la acción necesaria para mejorar sus condiciones laborales». Según CC OO y UGT, Rajoy ha intentado "instrumentalizar con fines políticos" la situación de las camareras de piso, aunque las representantes de las limpiadoras agradecieron que les recibiera, calificándole como "un señor".
Jubilación anticipada
En cualquier caso, el jefe del Ejecutivo «se mostró también muy receptivo», según las 'Kellys', a otra de sus peticiones: la jubilación anticipada. Solicitan que, al igual que ya pasa con otros colectivos laborales como bomberos o 'ertzainas', se adelante su edad de jubilación al menos a los 60 años, además de poder retirarse con 25 años cotizados aunque con un mínimo de 15 como camareras de piso pues también tienen que trabajar en otras cosas para complementar su sueldo.
«Empecé de camarera de piso a los 15 años y llevo ya 44 años cotizados. Sin embargo, no llegaré a los 50 porque me han destrozado la salud. Ya no puedo más», denunció Ana Barranco, otra de las trabajadoras que acudió al Senado a respaldar la lucha de las 'Kellys', a fin de evidenciar los problemas que sufre este colectivo.