La plantilla de Monsanto en Montornès está convocada mañana a la huelga

La plantilla de la planta de Monsanto Agricultura España, en Montornès, está convocada a ir a la huelga mañana, contra la gestión que la compañía realiza de su propio plan de reestructuración.

Según ha explicado la UGT en un comunicado, la empresa anunció una reestructuración mundial para "deslocalizar" la producción a otros países a los largo del 2016 y del 2017, decisión que el sindicato enmarca en "objetivos económicos".

En España, la empresa tiene 242 trabajadores en plantilla, además de trabajadores temporales y personal autónomo, y la UGT explica que han rescindido el contrato a varios empleados de diferentes centros en toda España, de los que ocho son de la planta de Montornès.

El sindicato asegura que la situación actual ha provocado un "gran malestar" entre la "mayoría" de los empleados y denuncia que la empresa tiene "importantes deficiencias" en la gestión de esta situación con los trabajadores.

Según la UGT, estas "deficiencias" se deben al hecho de que, mientras algunos empleados ya se les ha comunicado la extinción del contrato el 31 de octubre de 2016, otros que forman parte de los departamentos que se descentralizarán aún no han recibido información alguna.

Además, el sindicato denuncia que la empresa solo ha aceptado una de las varias solicitudes de los empleados sobre la mejora de las condiciones laborales, y que algunos trabajadores "sufren" una mayor carga de trabajo procedente de personal despedido en otros centros.

La UGT afirma que algunos trabajadores de Montornès creen que pueden verse afectados por esta situación los próximos meses sin tener información de la empresa, cosa que asegura que crea un "pésimo" ambiente laboral.

"Todo esto evidencia una falta de consideración al trabajador, ya que se ven grandes diferencias entre el criterio que se ha seguido en anteriores ocasiones en que la empresa ha realizado despidos en España y las condiciones actuales", asegura la UGT en el comunicado.

El sindicato cree que la empresa cuida "rigurosamente" no ultrapasar el máximo legal que la llevaría a presentar un ERE que le comportaría un "mayor" gasto, y acusa a la compañía de poner "en segundo plano" las personas para alcanzar los objetivos económicos.

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