El Covid frena el espíritu emprendedor

Solo un 7 por ciento de los españoles pondrá en marcha una empresa en los próximos tres años

El Covid frena el espíritu emprendedor: solo un 7 por ciento de los españoles pondrá en marcha una empresa en los próximos tres años

El miedo al fracaso es más intenso en los emprendedores españoles que en otros países de nuestro entorno por el impacto de la pandemia en su actividad económica

La pandemia ha frenado la actividad emprendedora, pero las oportunidades siguen ahí y la vocación por poner en marcha negocios se mantiene activa. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Diagnóstico del Impacto de la Covid- 19 en el emprendimiento en España’ elaborado por Observatorio del Emprendimiento GEM España y el Observatorio Mapfre de Finanzas Sostenibles, presentado ante la Real Academia de Doctores de España.

El informe constata que la Covid-19 ha originado un impacto global sin precedentes. Ha impactado en la demografía empresarial y ha conducido a altas tasas de desempleo que afectan especialmente a los sectores más vulnerables, pero también, apunta el estudio, se ha incrementado notablemente la incertidumbre social y económica. 

El proyecto Global Entrepreneurship Monitor (GEM) permite observar la evolución de la actividad emprendedora con perspectiva a lo largo de las dos últimas décadas, ya que se trata de un observatorio internacional que analiza la marcha de estas iniciativas empresariales desde 1999.

Y, ante una pandemia global como la desatada en 2020, la respuesta de la actividad emprendedora también tiene nexos comunes en los diferentes mercados. El coronavirus ha obligado a frenar o posponer la actividad de gran parte de los nuevos negocios en todos los países analizados, pero España presenta sus propias características. 

Los españoles perciben menos oportunidades

Uno de los efectos más claros es el descenso en la percepción de oportunidades para emprender, que relega a España a la última posición de los países analizados.

En concreto, en el mercado español, en 2020, sólo un 16 por ciento de la población percibía oportunidades de emprender, mientras en otros mercados como Estados Unidos o Italia, estos porcentajes alcanzan hasta el 49 por ciento y el 62 por ciento, respectivamente.

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Al mismo tiempo, el informe percibe un aumento en el miedo al fracaso, posicionando España en el primer lugar del mismo ranking, con un porcentaje de respuestas, en ese sentido, del 63 por ciento, por encima del 56 por ciento de Reino Unido, el 52 por ciento de Estados Unidos o el 27 por ciento de Italia.

Y para aquellos que ya habían iniciado su actividad empresarial antes del inicio de la pandemia, un 28 por ciento de los emprendedores españoles asume una disminución significativa de los ingresos familiares.

En concreto, en España más de dos tercios de las personas que habían comenzado a lanzar un negocio vieron cómo se ralentizaba este proceso, situación que solo se dio en mayor medida en Italia.

El impacto de la pandemia sobre los ingresos en España ha sido alto y ha afectado más a las personas con empresas más longevas, ya que cerca de un 30 por ciento de las empresas con más de 3,5 años de recorrido constata ese retroceso a lo largo del último ejercicio.

Además, más de la mitad de las personas encuestadas manifiestan que su empresa ha tenido que abandonar alguna actividad clave de su negocio.

Por otro lado, un 42 por ciento de los españoles señala que conoce, al menos, a dos personas que han tenido que cerrar su empresa. En cambio, sólo un 13 por ciento tiene constancia de dos o más emprendedores que hayan decidido poner en marcha un negocio durante estos últimos meses.

El 7 por ciento de los españoles emprenderá en los próximos tres años

Sin embargo, la vocación de emprender sigue activa, aunque en España sea significativamente menor que en otros países. Un 7 por ciento de los españoles tiene claro que tiene intención de emprender en los próximos tres años. Un dato que es superior al 5 por ciento que se alcanza en Italia pero que está lejos del 13 por ciento que se consigue en Países Bajos o Estados Unidos.

Además, un 40 por ciento de las personas entrevistadas manifiesta que su empresa se ha animado a explorar una nueva idea de negocio como consecuencia de la pandemia y más de la mitad de las personas emprendedoras españolas aspira a hacer crecer su negocio, a pesar de la situación adversa.

Los más emprendedores en España son los más jóvenes, hasta un 14 por ciento de la población comprendida entre los 18 y los 24 años. Un dato que se rebaja hasta el 11 por ciento en los encuestados de la siguiente década y al 7 por ciento para quienes están entre los 35 y los 44 años. 

Sin embargo, a más formación más ganas de emprender, porque el 11% de los encuestados con vocación emprendedora tiene estudios de postgrado.

Positiva respuesta a la crisis

El colectivo emprendedor español considera que ha respondido de forma positiva a la Covid-19. En concreto, se valora su reacción con 6,2 puntos sobre 10, similar a la media europea.

Sin embargo, la opinión sobre la respuesta de la Administración muestra un nivel bajo e inferior a los datos medios europeos, especialmente en medidas efectivas para evitar la pérdida de empresas, en protección de trabajadores y clientes, y en medidas de adaptación/ajuste a la realidad económica.

El estudio pone de relieve que cerca de tres cuartas partes de las personas emprendedoras españolas esperaban más de la gestión de la Administración y que los colectivos de mayor edad y las mujeres son los más críticos con la gestión gubernamental de la crisis.

Por ello, de cara al futuro, reclaman que se pongan en marcha nuevas medidas como que exista una estrategia única por parte de las administraciones, se agilicen los trámites, tanto en plazos como en burocracia, haya un incremento de las ayudas públicas y una adecuación de los impuestos a la capacidad de generación de renta.

Por otro lado, también se insta a desarrollar programas más ajustados a las necesidades de los colectivos con más dificultades y sectores de actividad específicos y se adecúen las condiciones de financiación a las necesidades reales.

Por último, también se requiere una mayor coordinación entre la cultura emprendedora y la formación hacia el emprendimiento, y una mayor implicación de las universidades en la transferencia de resultados de la investigación a la sociedad. Iniciativas que pueden ser relevantes a la hora de frenar el impacto en los emprendedores de la próxima crisis.

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