Abengoa ofrece tres vías a los acreedores para evitar la quiebra

Abengoa ofrece tres vías a los acreedores -crédito, las ganancias de los arbitrajes o la entrega de activos- para evitar la quiebra antes del 14 de julio

Abengoa ofrece tres vías a los acreedores para evitar la quiebra. El consejo de administración se fija el 14 de julio como fecha límite para convencer a accionistas y tenedores de deuda de la reestructuración y viabilidad de la compañía. Sobre la mesa, tres opciones: créditos bancarios de la mano del ICO, que los acreedores se queden con las ganancias de los arbitrajes internacionales o la entrega del 90% de sus activos de Abenewco 1.

La primera opción, la de los créditos de la mano del ICO, estaría prácticamente descartada. El objetivo inicial de la compañía de ingeniería es obtener créditos por un valor total de 550 millones de euros para evitar la disolución.

Con un pasivo que se acerca a los 400 millones de euros, Abengoa pretende  conseguir 250 millones a través del ICO con el apoyo de la banca acreedora y avales por 300 millones de euros con la garantía de Cesce.

Esta banca, formada por las entidades del IBEX salvo el Banco Sabadell -Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Bankinter- más Crédit Agricole, no ve viable esta opción ya que duda de la capacidad de la empresa sevillana para pagarlo.

Búsqueda de los máximos accionistas

Los acreedores estuvieron en varias ocasiones cerca de levantarse de la mesa de negociación, según fuentes del mercado, y Abengoa tuvo ofrecer acuerdos más jugosos y rentables. Por ello, puso el ojo en sus principales accionistas y acreedores, por lo que entraron a en la negociación los fondos de inversión tenedores de deuda.

Banco Santander y KKR se posicionan como las principales referencias al colocarse como los mayores inversores y poseedores de deuda. Abengoa les ofrece una participación en la compañía del 19% y el 16% respectivamente si se hacen cargo del 90% de lo que debe.

Abengoa no fue capaz de asegurar la viabilidad de esta oferta y por ello, según informó Expansión, en paralelo preparó la disolución de la empresa, ya que la directiva se puso como fecha límite el 30 junio para lograr un acuerdo o se declararía en quiebra.

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La bala de los arbitrajes

Con el objetivo de evitar que se rompiesen las negociaciones lanzó su segunda oferta: que los acreedores se queden con las ganancias de los arbitrajes, pero se trata de una opción compleja al no saber si la compañía los ganará.

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La empresa sevillana tiene un arbitraje abierto con España desde 2012 por la retribución al sector y otro con la Cámara de Comercio de Estocolmo por diversas participadas. Solo a España le reclama 1.182 millones de euros por el incumplimiento de la Carta de la Energía.

Convence a los acreedores

El 30 de junio llegó sin acuerdo alguno y lo primero que comunicó la compañía al respecto, después de asegurar que no tenía liquidez para pagar las nóminas de junio de la mayoría de sus 14.205 empleados (2.500 en España), es que dicha fecha solo era una referencia.

Pero las negociaciones continuaron gracias a que la empresa sevillana lanzó su última gran oferta. Esta consiste en entregar a los acreedores el 90% de Abenewco 1, según El Economista.

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Abenewco 1 es el vehículo donde aglutina la mayoría de sus activos y cuenta con un patrimonio positivo. Gracias a esta propuesta las negociaciones siguen abiertas.

La contrapartida que solicita Abengoa es la inyección de nueva liquidez y los tenedores de bonos convertibles que emitió en 2019 hasta un importe máximo de 3.000 millones de euros.

Ya en 2019 la ingeniería entregó el 22,5% de esta división a nombres clave de sus accionariado y acreedores: Banco Santander, Bankia, KKR, Blue Mountain, Crédit Agricole, Sginature y Alden.

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Salvada en México

En plenas negociaciones Abengoa recibió una gran bombona de oxígeno desde México. La justicia mexicana aprobó la modificación de su convenio sucursal suscrito hace dos años y modificado en 2019.

Gracias a la sentencia reestructura su deuda en el país, con un pasivo de 155 millones de euros, y salva una filial clave para el grupo. El pacto con los acreedores implica que la deuda remanente será amortizada a través de un mecanismo de repago vigente durante los próximos nueve años.

Fuentes de la compañía aseguraron a Efe que el dictamen jurídico es un “importante punto de partida para el reimpulso de Abengoa en el país y la puesta en marca del plan de negocio” para una geografía donde Abengoa opera desde hace 40 años.

Sin presentar las cuentas

El 30 de junio también era la fecha límite en la que la compañía sevillana debía remitir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sus resultados, pero esto no sucedió.

En cambio, sí envió al organismo una información relevante en la que fijaba el 14 de julio como fecha límite para presentar cuentas y lograr un acuerdo de reestructuración, que sería el tercero en cuatro años.

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La decisión se adoptó por la necesidad “de contar con un mayor grado de certidumbre sobre el éxito o fracaso” en las negociones.

La información remitida expone que las cuentas se presentarán con la mayor brevedad posible y de la mano del futurible acuerdo para evitar la disolución.

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