Se cumplen las profecías

Las profecías de algunos Nostradamus financieros se están cumpliendo. Algunos aventuraron que por el mes de junio se acabarían las[…]

Las profecías de algunos Nostradamus financieros se están cumpliendo. Algunos aventuraron que por el mes de junio se acabarían las provisiones de la banca. Y así se está consumando en muchas entidades financieras. Aunque la morosidad se ha desacelerado en los últimos meses, su nivel se ha más que duplicado respecto a hace un año (ya estamos por encima del 4%). Ese incremento de los créditos dudosos ha provocado que la tasa de cobertura -lo que representan las provisiones sobre el total de los créditos dudosos- se encuentre en mínimos incluso en torno a 0 en algunas entidades. ¿Y qué están haciendo como solución? Pues ahora no les queda más remedio que arañar de sus beneficios a más corto plazo y de sus reservas para dotarlas de nuevo... Y ofrecer participaciones preferentes o deuda subordinada a "tutiplén" para conseguir liquidez fresca de forma inminente.

La siguiente predicción aludía a la posible nacionalización de la banca, un vaticinio que cobró fuerza a principios de año ante las intervenciones en la banca inglesa, irlandesa y, sobre todo estadounidense. Aquí se veía lejos, pero ahora ya hay señales que auguran que la tormenta está más cerca. De hecho, la ministra de economía, Elena Salgado, acaba de asegurar en un curso para periodistas en Santander que el Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB), contará con derechos políticos en las cajas que necesiten ser intervenidas para asegurar su viabilidad. El eufemismo está muy bien pero, de facto, estaríamos hablando de una nacionalización bancaria en toda regla.

Y, por último, más pájaros negros vuelan sobre la banca. La firma de calificación internacional Moody´s acaba de rebajar o poner en vigilancia negativa el rating de la deuda senior y de los depósitos de 25 bancos españoles. Otra señal más de la delicada situación que vive la banca española. Recibimos los avisos a cuentagotas. Pero no nos engañemos. Por muchos "brotes verdes" que se vean en la economía, parece que en el sistema financiero lo peor está todavía por venir.

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